Este miércoles se cumplió un mes exacto desde que estalló la cruenta guerra entre Los Chapitos y La Empresa MF en Culiacán y Mazatlán, poniendo fin al histórico Cártel de Sinaloa. Según los expertos, esta disputa intestina surgió por una presunta traición de La Chapiza a Ismael El Mayo Zambada, líder del cártel, quien habría sido entregado a Estados Unidos en 2024 por Joaquín Guzmán López, hijo del legendario capo Joaquín El Chapo Guzmán.
Para el periodista Jesús Lemus, especialista en narcotráfico, esta guerra entre bandas rivales también significará el fin del Cártel de Sinaloa, al menos en nombre. “La marca ya está desaparecida: Los Caborca, Chapo Isidro, Los Chapitos, Los Mayitos, Los Salazar, Los Cabrera Sarabia, todos eran una sola organización que ahora está fragmentada. El Cártel de Sinaloa, como tal, ya no existe”, declaró Lemus.
Aunque la histórica organización criminal desaparezca, sus actividades delictivas seguirán presentes en todo el país y en otros países, pero bajo las nuevas identidades de Los Chapitos, La Chapiza, Los Sombreros o La Empresa MF. En este mes de guerra, se han registrado 180 homicidios dolosos, la mayoría en zonas de Culiacán, Mazatlán y La Concordia. Además, el gobernador Rubén Rocha Moya informó que se han registrado 19 muertes en enfrentamientos entre criminales y fuerzas de seguridad.
Además de los homicidios, también se han reportado 278 personas desaparecidas desde agosto hasta septiembre, según el colectivo de Sabuesos Guerreras de Culiacán. Han sido semanas de intensos operativos de seguridad, tiroteos y masacres en distintos puntos de Culiacán y Mazatlán. También han aparecido mensajes en los que se señalan vínculos con políticos, traiciones y conquista de territorios.
Entre estos mensajes destacan folletos que vinculan al gobernador Rocha Moya con Los Chapitos, una narcomanta dirigida a la presidente Claudia Sheinbaum, audios que mencionan traiciones de sicarios de La Chapiza y una solicitud, supuestamente de La Empresa MF, para que empresarios reabran sus comercios.
Uno de los símbolos más icónicos de esta guerra han sido los “Sombreros” y las “Pizzas”, dejados junto o sobre algunos de los cuerpos de las casi 200 personas asesinadas entre el 9 de septiembre y el 9 de octubre. A pesar de las investigaciones y operativos de seguridad, la violencia sigue presente en Culiacán y Mazatlán, demostrando que la disputa por el control del narcotráfico no ha llegado a su fin.