Tristeza y dolor son las expresiones compartidas en la comunidad de San Andrés Larráinzar, Chiapas, donde se realizan los cortejos fúnebres del sacerdote Marcelo Pérez. Cientos de personas acompañan el cuerpo del religioso en su última procesión que inició en San Cristóbal de las Casas y finalizará en su lugar de origen. Pérez fue asesinado en acto de violencia en la ciudad turística de San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
“¡Justicia por el padre Marcelo!”, clamaron los acompañantes mientras recorrían las calles en señal de duelo. La comunidad natal del sacerdote expresó su repudio ante el cruel acto de violencia que terminó con la vida del líder indígena, reconocido por su trabajo en la promoción de diálogos y la pacificación en la región. En la Parroquia San Pedro Apóstol Chenalhó, donde ofició por más de 10 años, se llevaron a cabo una serie de oraciones por el descanso del clérigo.
Organismos internacionales también se sumaron al reclamo de justicia. La Agencia para los Refugiados de la ONU en México (ACNUR) calificó de “trágica pérdida” la muerte de Marcelo Pérez, un “incansable defensor de los derechos de las personas en movilidad en Chiapas”. La organización comunitaria de los pueblos y comunidades tseltales de Chilón, en Chiapas, condenó enérgicamente el asesinato del sacerdote y exigieron a las autoridades competentes una pronta investigación para esclarecer los hechos.
El padre Marcelo Pérez era un sacerdote de origen maya tsotsil y su labor activista en la defensa de los pueblos indígenas y los derechos humanos en Chiapas era ampliamente reconocida. Su muerte conmocionó a la comunidad y diversos sectores se unieron al clamor de justicia. El Bloque Democrático Magisterial de la sección 40 del SNTE-CNTE también exigió el esclarecimiento del crimen y destacó la noble labor del sacerdote en la defensa de los pueblos originarios. Las investigaciones aún continúan para esclarecer el lamentable suceso que ha conmocionado a toda la región.