Con apenas 10 años de edad, Freddie Freeman vivió un episodio que cambiaría por completo su vida. Mientras se encontraba en el colegio, fue llamado a la dirección donde lo esperaban su tío y su hermano, para darle la terrible noticia de que su madre, Rosemary Freeman, había fallecido por cáncer de piel.
Esta tragedia marcaría un antes y un después en la vida del estrella de los Dodgers. Durante dos años, Freddie vivió en un estado de duelo y sufrimiento, hasta que finalmente su padre logró recuperarse de un susto que puso en jaque a toda la familia. Pero ni esto fue suficiente para mermar su determinación y valentía en el terreno de juego.
En la temporada 2024 de Grandes Ligas, Freeman consiguió su primer título de Serie Mundial con el equipo de Los Ángeles Dodgers y su segundo título en su carrera, pero su desempeño en el campo no sería su único logro. En una muestra de superación y esfuerzo, el primera base logró convertirse en el Jugador Más Valioso en una serie por el campeonato.
Sin embargo, la vida aún le tenía preparados más desafíos a Freeman. En agosto de este año, el jugador tuvo que dejar a su equipo por varios días debido a otro episodio en un hospital. Esta vez, su hijo menor, Maximus, fue diagnosticado con el síndrome de Guillain-Barré, una extraña enfermedad que afecta al sistema nervioso.
El pequeño Maximus había enfermado durante el receso del Juego de las Estrellas en julio, evento al que su familia había asistido para apoyar a Freddie. Cuatro días después, el niño perdió la capacidad de caminar y dejar de comer y beber.
Ante el desconocimiento de esta enfermedad, la familia decidió llevar al pequeño a un hospital en el condado de Orange, donde rápidamente fue conectado a un respirador. Afortunadamente, Maximus logró recuperarse tras recibir dos rondas de tratamiento.
A finales de septiembre, Freeman sufriría además un esguince de tobillo que lo mantendría fuera del terreno de juego por varios días y afectaría su rendimiento durante la postemporada de Grandes Ligas. Sin embargo, esto no impediría que Freddie demostrara su valor y liderazgo en los momentos más críticos del juego, lo que finalmente lo llevaría a convertirse en el MVP de la Serie Mundial contra los Yankees de New York.
En el Juego 1 de la World Series, llegó el turno de Freddie en el noveno episodio. Dodgers perdía 3-2, la pizarra tenía dos outs y el Brave tenía en sus manos la última oportunidad. Una vez más, al límite, sin margen de error y contra la pared. Al igual que aquel niño en la dirección de su escuela o en el hospital viendo a su hijo luchar por su vida.
Grand Slam. Los Ángeles dieron la vuelta y así comenzó la gesta para conquistar su octavo título de Grandes Ligas. Y sí, Freddie sorteó una larga y turbulenta temporada.
Rompió récord con sus cuatro cuadrangulares en los primeros cuatro juegos de este Clásico de Otoño y además instauró nueva marca con los dos que conectó en la Serie Mundial de 2021 cuando jugaba con los Atlanta Braves.