En el entorno presidencial de México se discute sobre la posible renuncia del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, como una estrategia para tranquilizar la situación en la entidad causada por la guerra entre las dos facciones del Cártel de Sinaloa.
Fuertes rumores indican que los hijos de Rocha ya salieron del país y que uno de sus escoltas fue víctima de un ataque. El gobierno está en alerta ante posibles actos de narcoviolencia contra las autoridades políticas, como el reciente caso de la decapitación del alcalde de Chilpancingo y el secuestro de un diputado local de Tamaulipas.
En la Ciudad de México se llevan a cabo múltiples reuniones para decidir quién reemplazará a Rocha en su cargo. Al haber pasado la mitad de su mandato, su renuncia no implicaría la convocatoria a nuevas elecciones y sería el Congreso local, dominado por Morena, quien elegiría a su sustituto.
Uno de los candidatos con más apoyo en los últimos días es el diputado federal Jesús Ibarra, cercano al líder de Morena, Mario Delgado. Además, el hermano de Ibarra es el secretario particular del actual titular de la Secretaría de Educación. Otra opción que se menciona es la de Tere Guerra, coordinadora de los diputados locales de Morena y allegada a la familia Cárdenas. Actualmente, Lázaro Cárdenas Batel es el jefe de la oficina presidencial.
En la Secretaría de Defensa Nacional se busca que el cambio en el gobierno de Sinaloa se dé lo antes posible, ya que se entiende que la renuncia de Rocha es un primer paso para pacificar la entidad. Sin embargo, Rocha aún no ha tomado acción en esa dirección y el fin de semana fue visto asistiendo a un juego de béisbol en Culiacán, rodeado por un fuerte equipo de seguridad.
Rocha está buscando recibir algún tipo de salvoconducto por parte de la presidenta Claudia Sheinbaum, pero su designación como posible reemplazo es compleja debido a las investigaciones que lo vinculan con el narcotráfico por parte de las agencias de seguridad de Estados Unidos.