Entraremos a un terreno meramente hipotético: El próximo martes los ocho ministros de la Suprema Corte no afines a la 4T declaran inválida la Reforma Electoral con todo y su supremacía. La presidenta Sheinbaum, su gobierno y el Poder Legislativo desacatan la resolución.
Al no existir otra instancia superior, lo que queda del Poder Judicial solicita la intervención de la fuerza pública que, confundida, no sabe a qué bando obedecer. La crisis constitucional esté en su peligroso apogeo. Entonces entra en acción un numeroso contingente de policías para evitar el caos, liderados por el Secretario de Seguridad, Omar García Harfuch.
Concentrados en sus cuarteles, el Ejército permanece a la expectativa. Sus mandos esperan órdenes. Se habla de divisiones entre la tropa y los generales. Entre capitanes y coroneles hay encontrados pensamientos. Dudan si su rol es constituir una fuerza de paz y orden o si de plano se inclinan hacia una de las partes en pugna.
Los observadores temen una reedición de la Decena Trágica, los 10 días de combates desarrollados del 9 al 18 de febrero de 1913, en la Ciudad de México. La Ciudadela fue el escenario de un intento de golpe de Estado contra el gobierno de Francisco I. Madero. El acuerdo que se firmó en las instalaciones de la embajada de Estados Unidos en México se conoce como el Pacto de la Ciudadela.
¿Quiénes serían los modernos generales Manuel Mondragón, Bernardo Reyes y Félix Díaz?
¿Y quién personificaría a Madero?
Pero la pregunta más interesante es la siguiente: ¿El grueso del Ejército y sus oficiales qué decisión tomarían?
En el aire flota la idea de un Golpe de Estado, auténtico, no como los golpecitos que mencionan los políticos.
Lo cierto es que el próximo 5 de noviembre se juega el futuro de la República. Y, para amolarla, la fecha coincide con el super martes electoral de Estados Unidos.
Lo bueno de todo esto es que estamos en un terreno meramente hipotético.
Pero que podría tornarse realidad.
Seguramente García Harfuch recordará, el martes, la figura de su abuelo, el general Marcelino García Barragán, a quien le ofrecieron, en octubre de 1968, encabezar un Golpe de Estado para aplacar la revuelta universitaria, sello y herencia de la actual clase gobernante. El general García Barragán declinó la oferta y privilegió su compromiso con México.
A veces a los hijos del 68 se les olvida que su compromiso es con México.
¿Pero el Ejército con quién se la jugaría?