Nos cuentan que los que andan como venados lampareados son los 43 senadores de oposición de la nueva legislatura. Como políticos, nos hacen ver, siempre buscan el reflector para promoverse, pero esta vez más bien les cayó encima para vigilarlos, porque en sus manos quedó el futuro de la reforma judicial lopezobradorista y ahora los jueces, magistrados y trabajadores judiciales movilizados, los estudiantes inconformes, los integrantes de la marea rosa y los antiobradoristas del país están detrás de ellos, no apoyándolos sino advirtiéndoles que el que vote con el bloque guinda tendrá que pagar un alto costo en su imagen. Nos comentan que los 15 senadores del PRI fueron prácticamente acuartelados en la Ciudad de México para evitar que los “cañonazos” de Morena les provoquen un resfrío de última hora o pierdan el vuelo desde sus estados y no lleguen a la votación prevista para el martes. Y a los panistas ya les quedó claro que ponerse una playera de “la resistencia” no basta, porque si se van al baño a la hora de la sesión, todo el país lo sabrá. Y corren las apuestas.
Los trabajadores del Poder Judicial, nos detallan, están concentrados en estos días en elevar para la oposición en el Senado el costo de acabar votando con Morena, pero no es que sean ingenuos y tienen considerado el escenario de que la reforma se apruebe, para lo cual su plan B es quedarse y bloquear la Cámara de Diputados hasta el 1 de octubre para tratar de impedir que Claudia Sheinbaum tome posesión como presidenta de México. “No adelantemos vísperas, estamos día a día siguiendo los pasos de los legisladores, hoy mismo de los senadores, y esperemos, hay que tener paciencia”, dijo Patricia Aguayo, vocera de los trabajadores. No se confían, nos dicen, y en caso de que alguno de los senadores se eche para atrás, ya tienen otros planes que no han hecho públicos.
En la UNAM nos informan que existe una solicitud con cientos de firmas de estudiantes de la Facultad de Derecho, para que al coordinador de los diputados federales de Morena, Ricardo Monreal, se le rescinda el contrato como profesor de ese plantel por su defensa de la reforma al Poder Judicial impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, nos comentan que ese documento difícilmente prosperará, porque por más contradicciones que pudiera haber entre lo que don Ricardo ha enseñado en las aulas y lo que postula en el Congreso, la máxima casa de estudios no actuará en contra de la pluralidad y el respeto a la libertad de expresión.
Antes de disponerse a votar a favor de la reforma judicial, el exgobernador panista de Chihuahua y ahora senador morenista Javier Corral está a punto de emprender en la Ciudad de México, y no, no crea que se sintió tan cómodo que invertirá sus ahorros en el restaurante Gin Gin, de donde lo rescataron de ser aprehendido por la fiscalía de su estado, sino que ayer anunció en sus redes sociales la apertura de una sucursal de la librería que abrió en Chihuahua, pero ahora en la capital del país: “Ahí viene; ya pronto nuestra primera sucursal en la gran Tenochtitlán… como dirían Los Ángeles Azules: de Chihuahua para todo el mundo…” Nada más falta ver si entre los libros que el presidente de la Comisión de Justicia de la cámara alta venderá, se encuentran títulos como La Metamorfosis o Crimen y castigo.