Después del primer intercambio de metralla por la reforma al Poder Judicial Federal, a la arena política entran dos contendientes armados con lo mejor de sus pertrechos: Fuerza legislativa contra astucia.
La Suprema Corte ya enseño una de sus cartas: Consulta a ministros y ministras para determinar si puede ordenar la suspensión del proceso de reforma ya aprobado por la Cámara de Diputados. Y aquí va el dulce envenenado: Los expedientes fueron turnados a la ministra Lenia Batres para que presente proyectos al Pleno para su discusión, posiblemente la semana entrante.
Obviamente, Lenia defenderá la reforma pero el Pleno de la Corte tomará la decisión en su conjunto. Se supone que tienen mayoría los no afines a la 4T.
¿Cómo evitará Lenia el ridículo?
Si aquí no compran a ministros, como en la arena legislativa, el final se puede adelantar: Frenarán la reforma y la consecuente desaparición del Poder Judicial como hasta hoy lo conocemos.
Pero en el otro frente también podría haber sorpresas.
Hasta este momento la aplanadora está a un legislador o legisladora de imponerse y humillar a sus rivales.
Son 43 senadores y senadoras que están obligados a resistir. Si aguantan la presión habrán derrotado a la Reforma y a la 4T.
La vista ciudadana se orienta a esos 43. Aquí surge la pregunta natural: ¿Qué pasaría si del otro lado hay bajas?
Obviamente a Claudia Sheinbaum le conviene abrir una pausa hasta que se vaya el presidente y así tener un margen de negociación, ya sin la tutela de su protector.
¿Cuántas senadoras y senadores son claudillistas?
No importa que sean pocos. Todo cuenta.
Hay otras opciones aparte del voto de oro de la oposición.
Morenistas y aliados deberían reflexionar si se avientan el tiro de ser apestados durante todo un sexenio.
Deben decidir si están con el que se va o la que viene.
La que viene firmó un documento por la paz con los sacerdotes jesuitas donde se compromete a una reforma judicial desde abajo, o sea policías, ministerios públicos y fiscalías. Esta medida, que se antoja natural, no está contemplada en la reforma judicial.
Por eso sospechamos que podría haber bajas por el lado de la aplanadora.