Beatriz Gutiérrez Müller, quien desde el inicio del sexenio optó por renunciar a ser la “primera dama” del país y se convirtió en coordinadora de Memoria Nacional Histórica y Cultural, adscrita a la Presidencia de la República, ha tenido, desde esa área, injerencia en las decisiones de política exterior; por ejemplo, en el inicio del pleito diplomático con España.
La esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador es la verdadera artífice del conflicto en el que México está enfrascado con España. En los primeros meses de 2019, convenció al mandatario de enviar las cartas para solicitar a la Corona y al gobierno español un acto de perdón por las vejaciones cometidas durante la Conquista.
Y el lunes, durante la llamada que Claudia Sheinbaum sostuvo con el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, Gutiérrez Müller se encontraba presente. Los tres viajaban juntos para participar en un homenaje en Tamaulipas a Catarino Garza, cuyas cartas enviadas a su esposa fueron solicitadas para fines de investigación por Gutiérrez Müller al archivo personal de la familia del revolucionario.
En ese lugar fue donde la futura presidenta se enteró de que el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación preparaba el comunicado en el que declaraba como “inaceptable” que el Rey Felipe VI no hubiera sido invitado al cambio de poderes en México, principalmente porque el monarca es el Jefe del Estado español. Sheinbaum solicitó a su equipo una llamada con Pedro Sánchez, con el objetivo de hacer la contención de daños; sin embargo, los actores que escucharían la conversación eran los mismos que le habían recomendado hacer el desaire.
Fuentes de Presidencia aseguran que la llamada que sostuvo Sheinbaum con Pedro Sánchez se dio dentro de los límites de la diplomacia. La presidenta electa intentó explicar los motivos por los que México había considerado un agravio la no respuesta de la Corona española a la carta que se le envió a principios de sexenio, pero el objetivo principal de la próxima mandataria era que el presidente español reconsiderara su decisión de cancelar la participación de su país en la ceremonia del 1 de octubre.
En este espacio comenté en su momento las diferencias que se tuvieron entre los personajes cercanos a López Obrador por el envío de esas solicitudes de perdón por los abusos de la Conquista; el principal afectado fue el entonces canciller, Marcelo Ebrard, quien se opuso en todo momento a que esas misivas impulsadas por Gutiérrez Müller llegaran a su destino. Los envíos en principio se hicieron con la mayor secrecía, pero el tema llegó a ser un escándalo cuando los textos se filtraron a los medios de comunicación.
Además de este conflicto generado por las cartas, Beatriz Gutiérrez también ha sido el origen de otros altercados internacionales del gobierno mexicano, como el que se tiene discursivamente con el gobierno de Austria por la posesión del Penacho de Moctezuma. Apenas hace un par de semanas, la presidenta Honoraria del Consejo Asesor de Memoria Histórica apuntó que el país europeo trató al gobierno de México con “groserías”, luego de que solicitó trasladar el objeto a su país de origen. Ahora asegura que los austriacos pudieron haber dañado o sustituido el histórico penacho.
A todo esto se suman los miles de trámites personales que actualmente tienen que hacer los ciudadanos mexicanos por el cambio de nombres de personajes en sus direcciones; muchos fueron rasurados porque no cumplieron los estándares de la “guardiana de la historia”, Beatriz Gutiérrez Müller.
Posdata 1
A la toma de protesta de Claudia Sheinbaum asistirán menos de 20 mandatarios; hasta ayer apenas 16 jefes de Estado habían confirmado su presencia a la ceremonia de investidura de la primera Presidenta de México.
Entre los mandatarios más relevantes están los presidentes de Brasil, Chile y Colombia, Lula da Silva, Gabriel Boric y Gustavo Petro, respectivamente. La invitación se habría hecho a 228 jefes de Estado, por lo que menos de 10% estarán presentes en la transmisión del Poder Ejecutivo federal de México.
A propósito de esa pobre convocatoria, ayer circuló en redes sociales una comparativa de los jefes de Estado que asistieron a la toma de protesta de los expresidentes mexicanos y los datos hablan por sí solos:
A la toma de protesta de Andrés Manuel López Obrador asistieron 50 jefes de Estado; a la de Enrique Peña Nieto, 95; a la de Felipe Calderón, 80, lo mismo que a la de Vicente Fox; a la de Ernesto Zedillo, 60, y a Carlos Salinas de Gortari lo acompañaron 105 líderes mundiales.
Muy sintomático de la mala política exterior que ejecutó López Obrador durante su mandato y su poca mano izquierda para tratar asuntos internacionales y diplomáticos.
Posdata 2
A propósito del nuevo Gabinete que comenzará funciones el próximo martes, hay dos denominadores comunes: el primero, que no todos se conocen ni han tenido reuniones para intercambiar opiniones; y el segundo, que a la mayoría de los secretarios y secretarias no les han aprobado a sus subsecretarios.
Es increíble que a estas alturas de la transición, los titulares de las dependencias federales no tengan claridad de si podrán contar con sus incondicionales en la segunda línea de mando. En algunas carteras, como en la Secretaría de Hacienda, el panorama es todavía peor, pues no solo en las subsecretarías y direcciones principales su titular no ha podido incidir totalmente, sino que a Rogelio Ramírez de la O tampoco le quieren dejar elegir a los directores de la banca de desarrollo.
Por cierto que el actual secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, Jorge Nuño, se perfila para aterrizar en una de las dos posiciones de los bancos de sector público, ya sea Nafin-Bancomext o Banobras.
Y hablando de la Subsecretaría de Hacienda, finalmente Gabriel Yorio no se quedará al frente de la misma. Las fricciones con Ramírez de la O terminaron por desgastarlo al grado de buscar otra opción fuera del país, muy probablemente en Washington, como su amigo, el exsecretario de Hacienda, Arturo Herrera, quien regresó al Banco Mundial. El futuro de Yorio apunta hacia el Banco Interamericano de Desarrollo.
Posdata 3
La semana pasada reportamos que en el equipo de Sheinbaum circula la versión sobre que funcionarios del gobierno actual han solicitado información personal de al menos una decena de personas cercanas a la presidenta electa, incluidos sus familiares.
La versión les ha llegado de diferentes lados: los bancos y reguladores del sector, de los cuales se obtiene información financiera, y de las Fuerzas Armadas, desde donde se da seguimiento a los movimientos de las personas en cuestión.
Se sabe que la relación de Sheinbaum con una parte del ala radical de Morena, entre ellos su sucesor en la jefatura de Gobierno, Martí Batres, y el aún vocero presidencial, Jesús Ramírez, no es la mejor, y si lo incluirá en su Gabinete es porque se lo pidió el presidente López Obrador.