En la tarde de hoy miércoles Andrés Manuel López Obrador se reunirá con los senadores que avalaron la reforma judicial pero la escena troncal estará en otra zona de Palacio Nacional donde el equipo de transición espera avanzar para que Alejandro Gertz Manero sienta la presión del cambio de época: ¿se cuadra o renuncia?
Detrás del movimiento se ubica Omar García Harfuch, que necesita controlar la Fiscalía General para, tal como anticipó LPO, encarar una estrategia contra el tráfico de fentanilo que sea bien vista por Washington.
En esa intención el nombre de Gertz no acompaña y una muestra reciente fue como quedó completamente fuera del preparativo del arresto de Ismael Zambada, actualmente preso en EU. Nunca se dirá en voz alta, pero Gertz tiene mucho que ver con la furia que ese operativo depara, aún hoy, en el presidente.
De momento se habla de tres nombres para el reemplazo del fiscal. Uno es el de la senadora Ernestina Godoy, que cuenta con la confianza absoluta de García Harfuch y de la propia Sheinbaum.
Otra posibilidad es Eva Verónica de Gyves, actual consejera de la Judicatura. Su principal contra es que su esposo preside el Tribunal Superior de la CDMX y Sheinbaum quiere evitar señales de corte nepotista. También es demasiado cercana a la ministra Yasmín Esquivel que todavía no termina de cerrar el episodio de su plagio en la UNAM.
También se analiza la posibilidad de Alfredo Higuera, actual fiscal para todo lo referido a crimen organizado. Tiene la ventaja de que ya conoce, desde dentro, la realidad de la Fiscalía.
En paralelo García Harfuch ya tendría luz verde para decidir quién irá a la UIF y este miércoles se confirmó que Claudia ubicó a una incondicional en Segob, Rocío Bárcena, para que siga de cerca los pasos de Rosa Icela.