En el empresariado, se está expandiendo la teoría de que Claudia Sheinbaum, la nueva mandataria de la Ciudad de México, tendrá que llevar a cabo una reforma fiscal. Según fuentes informadas por LPO, empresarios como Armando Garza Sada (Grupo Alfa), Carlos Slim (Carso) y Eduardo Tricio (Lala), que mantienen contacto constante con el equipo económico entrante, están empezando a asumir que, sin cambios en el esquema actual, el gobierno no podrá cumplir con sus compromisos financieros, en especial el pago de pensiones, la deuda y los gastos de Pemex.
A mediados de junio, Sheinbaum afirmó ante empresarios que no tenía planes de llevar a cabo una reforma fiscal y que seguiría la misma ruta que Andrés Manuel López Obrador, es decir, enfocarse en mejorar la recaudación tributaria. Sin embargo, Garza Sada, quien es uno de los hombres de negocios que más se comunica con la nueva mandataria, asegura ahora que, esta semana, Sheinbaum podría anunciar un plan de pensiones para mujeres de entre 60 y 65 años, que se implementará de manera gradual y no de forma repentina como originalmente propuso López Obrador. No obstante, Garza Sada cree que, eventualmente, será necesario llevar a cabo una reforma fiscal.
La gran incertidumbre que plantean otros magnates es si se podría implementar una reforma fiscal en medio de una economía que está empezando a desacelerarse. Este fue uno de los temas que Slim discutió la semana pasada durante una serie de charlas en Monterrey, donde asistió a un foro.
De acuerdo con encuestas realizadas por Citibanamex y Banxico entre expertos del sector privado, las previsiones de crecimiento para México en 2025 no superan el 1.5% y, de hecho, se han ajustado a la baja en los últimos dos meses. Esto se debe a un menor crecimiento en Estados Unidos y a la gran incertidumbre que genera la reforma al Poder Judicial de México entre los inversionistas.
En este contexto de bajo crecimiento, la próxima administración debe hacer frente a compromisos de gasto en aumento, incluyendo los programas sociales, mientras se espera que continúe brindando apoyo a Pemex y reduzca el déficit fiscal que, este año, cerrará en torno al 6%, el más alto de las últimas tres décadas.
Las agencias calificadoras estarán muy pendientes de este último punto. La semana pasada, Moody’s destacó que el envío de señales de consolidación fiscal por parte de Rogelio Ramírez de la O en noviembre, al presentar el primer paquete presupuestal del gobierno de Sheinbaum, será fundamental.
Tanto esta agencia como otras proyecciones del mercado descartan la posibilidad de que el secretario de Hacienda y Crédito Público logre reducirlo drásticamente el próximo año. Sin embargo, reducirlo al 4.5% sería una situación que generaría tranquilidad en los mercados financieros, siempre y cuando el plan garantice posteriores reducciones.
“Dadas las circunstancias, es inevitable que eventualmente se lleve a cabo una reforma fiscal, aunque no se espera que suceda en los primeros años”, repiten distintas voces del empresariado.
Estos cambios también habría que implementarlos en Pemex, ya que se prevé que el gobierno continúe apoyando en la reestructura de su deuda. Según Moody’s, para 2026, se necesitarán 20 mil millones de dólares en apoyo financiero y operativo para Pemex.