El consejero nacional tabasqueño de Morena, Raúl Ojeda, coincidió en que López Beltrán cumple con el perfil para el cargo.
“No me parece una mala sugerencia, Andy es una gente que ha trabajado desde siempre. Perdonen la expresión ganadera, pero nació mamando el modelo de transformación con su familia.
“Desde Rocío y desde siempre, Andrés fue proclive a llevar a sus hijos a la lectura social; el perfil lo reúne, y lo que decida la gente”, destacó Ojeda.
Andrés López Beltrán es el segundo hijo de López Obrador y su fallecida esposa Rocío Beltrán; tiene 38 años y es considerado como un operador interno, tanto en Morena, como en el Gobierno federal.
Aunque no figura públicamente, es conocida la influencia que ha tenido al interior del partido fundado por su padre y, también, en la designación de funcionarios en puestos clave de la Administración.
La agrupación Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) ha señalado que tanto Andrés Manuel López Beltrán, como su hermano Gonzalo, han incidido en favor de empresarios amigos para que obtengan contratos de obras públicas como el malecón de Villahermosa; en este caso, fueron vinculados con el constructor Alejandro Castro.
También se les relaciona como amigos de socios de la empresa Romedic, con contratos para Petróleos Mexicanos, el extinto Insabi y los Gobiernos de Tabasco y Quintana Roo. El socio principal es Jorge Amílcar Olán.
Tanto Gonzalo como el propio Andrés López Beltrán han negado cualquier relación con empresarios beneficiados con obra pública. En un documento difundido el 23 de julio pasado, ambos rechazaron los involucramientos.
“Nuestro padre encargó la supervisión de dicha obra a Alejandro Castro por tratarse de una persona talentosa, comprometida con la Cuarta Transformación”, dijeron respecto a la construcción del malecón.
“Nunca hemos recomendado a ninguna persona o empresa para la obtención de contratos de obra pública en dicho proyecto ni en ninguno otro”, insistieron.