“¡Al diablo con sus instituciones!”¿Sabrá AMLO que en algún momento alguien le dirá y hará lo mismo con las que él creó/destruyó? ¡Al diablo ‘la cuarta transformación’ y Morena!
Pero me estoy adelantando… No es para que críticos y opositores se emocionen y se ilusionen. Al menos no en estos momentos. Se requiere tiempo, esfuerzo y la conjunción de diversos elementos. ¿A quiénes se requiere? ¿A quiénes no?
Por supuesto que escoger entre la oposición partidista que hoy existe y nada, mejor nada. Esa, si acaso, está ahi para desilusionar. Los partidos y el sistema de partidos que impera en general no sirven. Esos, si acaso, para dilapidar nuestros impuestos.
Creo ya establecí en alguna otra contribución que las presiones y las manifestaciones genuinamente ciudadanas tampoco han servido para mucho en tiempos recientes; no tienen ni la estamina ni los recursos suficientes. Los que se han manifestado trabajan y no pueden sostener paros indefinidos ni darse el lujo de inmovilizar a ciudades enteras. Ni que fueran obradoristas…
Tampoco podemos pensar que serán los rompimientos y las presiones internas del propio Morena y sus satélites lo que hagan la diferencia. Si acaso, con ello tendríamos eventualmente el resurgimiento de más de lo mismo; más mediocres partidos o nuevas facciones del deterioro y de la podredumbre (por cierto, ello aplica también para nuevos partidos surgidos de la oposición).
Así que a riesgo de sonar a disco rayado, vuelvo a lo de costumbre: se requiere de una nueva cultura política; de otro tipo de ciudadanía. Hay muestras de la misma con lo que se apreció en los jóvenes universitarios en días pasados, pero llevará tiempo conformarla a mayor escala y en todos los sectores de la sociedad.
Mas lo que sobre todo se necesita es de medios de comunicación y canales de socialización valientes e independientes, dispuestos estratégicamente. ¿Nuevos o ya existentes? Posiblemente una mezcla. A los primeros les sería infinitamente más costoso ser independientes; a los segundos, ser relevantes.
Se requiere que estos generen y extiendan una cultura que desacredite a la clase política gobernante. Que cambien el psique social de la gente y su relación hacia la 4t y el oficialismo.
Vale la pena lean la columna de Andrés Clariond Rangel (“La casa de los políticos”; Reforma del 13 de septiembre). Con un dejo de sorna, propone exhibir las transas, trapacerías y abusos de la clase política (no importando la ideología). Más que la normalización de todo ello, una suerte de vacuna.
Ahora bien, material existe de sobra (dos ejemplos recientes: la falsa austeridad y la bolsa con un valor de 70 mil pesos de la diputada Olga Sosa de Morena o el demostrar que esta clase política es peor que la anterior al perdonar a un pedófilo con tal de conseguir el voto de su hijo).
Lo que no existe —pero es menester crear— son las condiciones para que surjan estos espacios y proliferen. El tiempo apremia pues previsiblemente ‘el segundo piso de la transformación’ creará y fomentará a los suyos, a la vez que cercará a los contrarios.
Dado que ni AtypicalTV ni Latinus ni Televisa ni TV Azteca ni Imagen ni Radio Fórmula podrían hacerlo por sí solos, tendrían que formular un esfuerzo conjunto. Ya van tarde.
Existieron en otros tiempos ejercicios de su tipo; menciono dos: “¿Qué nos pasa?”, de Héctor Suárez, o los “Peluches de Azteca”. ¿O no acaso la Televisa de Emilio Azcárraga Milmo creó una cultura que respondía y a la vez retroalimentaba al priismo?
Se buscan creadores de nueva cultura político social que señale mentiras y corruptelas de Morena; que desmonte el velo narrativo que ha impuesto el obradorismo en México.