Nos comentan que mientras algunos senadores panistas estaban muy enojados y expresaban en tribuna su repudio a la designación del expanista y neomorenista Javier Corral como presidente de la Comisión de Justicia de la Cámara Alta, algunos miembros de su bancada, a los que al parecer no les simpatiza mucho que el exgobernador panista de Chihuahua ahora sea un senador de su fracción, y que incluso se le haya otorgado la presidencia de una comisión pasando por encima de morenistas de cepa, prefirieron tomar con humor el momento complicado que don Javier vivió y dijeron que lo único que tendría que hacer Corral era poner debajo de su nombre, en sus tarjetas de presentación, lo siguiente: “Presidente de la Comisión de Justicia, y prófugo de la misma”, debido a que la fiscalía de Chihuahua, quien lo acusa de peculado por 98 millones de pesos, lo consideró hace unas semanas prófugo de la justicia.
Morena, al parecer, busca revivir una vieja polémica que ya estaba superada. El coordinador de los senadores guindas, Adán Augusto López Hernández, asegura que la cifra mágica para la mayoría calificada es de 85 y no de 86 senadores. Hay antecedentes recientes de reformas que no se han logrado por ese solo voto. Las dos terceras partes de 128 senadores serían 85.33, pero en anteriores legislaturas se ha considerado que la mayoría calificada se obtiene con 86 senadores. Sin embargo, el líder morenista en el Senado afirma que se redondea hacia abajo y no hacia arriba, por lo que, según sus números, con la incorporación de los dos senadores perredistas a las filas oficiales, ya se logró la mayoría calificada. Habrá que ver si don Adán tiene o no la razón.
Ayer les hacíamos notar que, en dos casos, el de una diputada y el de un senador, sus ausencias a la hora de importantes votaciones levantaban suspicacias. El primer caso fue el de la diputada y ministra de la Suprema Corte en retiro Olga Sánchez Cordero (Morena), quien el martes no acudió a la votación de la reforma al Poder Judicial. Doña Olga, nos informan, fue sometida hace tiempo a una cirugía del corazón que la obliga a tener cuidados con su salud, y aseguran que en los últimos días se sintió mal, por lo que se encuentra hospitalizada, y por esa razón, no asistió a la sesión. Otro caso fue el del senador Miguel Ángel Riquelme (PRI) quien también se encuentra hospitalizado, por lo que su asistencia a la votación de la misma reforma al Poder Judicial, la próxima semana en el Senado, estaba en duda. Se mencionó que una ausencia de Riquelme facilitaría a Morena lograr la mayoría calificada que requiere para aprobar la reforma. Sin embargo, desde Coahuila, don Miguel dijo ayer que está internado a causa de una arritmia, pero que espera salir del hospital a tiempo para asistir y votar contra la reforma. Que ambos tengan una pronta recuperación.
Para conmemorar estas fechas patrias, Chocolates Rocío, la empresa de los hijos mayores del presidente López Obrador acaba de anunciar en sus redes sociales una edición especial de chocolate en donde está plasmado el Escudo Nacional. Sin embargo, nos detallan que más allá de que el símbolo patrio se use para vender chocolates, el Escudo está “mocho”, alterado, algo que contraviene el artículo 2 de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, en la que se indica que este no puede alterarse bajo ninguna circunstancia. ¿Será que la Secretaría de Gobernación estaría dispuesta a hacer una observación a los hijos del Presidente?