A pocos días de asumir como presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, continúa con el armado de su futuro gabinete. En medio de las negociaciones que todavía se desarrollan a contra reloj y ante el malestar que existiría con Rogelio Ramírez de la O, la futura jefa de Estado le ofreció al secretario de Hacienda el control de la Unidad de Inteligencia Financiera.
En esta oferta estaría involucrado el futuro secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, quien prepara una estrategia de seguridad con un fuerte énfasis en el uso y el control del dinero, especialmente a partir de las grandes cantidades para seguir los rastros del crimen organizado. Para dicho trabajo hay dos oficinas importantes: el Centro Nacional de Inteligencia y la Unidad de Inteligencia Financiera. Las dos en coordinación, reconocen en su equipo, podría brindar fuertes herramientas en la lucha contra el narco.
Para el primer asiento ya estaría confirmado Francisco Almazán Barocio, uno de los hombres más cercanos al propio Harfuch y que apareció como su posible reemplazo en la Secretaría de Seguridad Ciudadana una vez que presentó su renuncia para buscar la Jefatura de Gobierno. Finalmente, dicho puesto fue para Pablo Vázquez Camacho, quien repetirá con Clara Brugada. Para el segundo lugar, según pudo saber LPO, la decisión recaería en el propio Rogelio Ramírez de la O.
Como detalló LPO, en el sector bancario reportan desde el viernes pasado cierto malestar en el secretario de Hacienda ante las diferencias que comienzan a surgir con Sheinbaum, especialmente por la rápida aprobación de la reforma judicial y por el incumplimiento de ciertos compromisos en el armado del gabinete, como el nombramiento de diferentes posiciones. Es por esto que la presidenta electa le habría ofrecido designar al próximo titular de la UIF, un asiento importante en el control de los movimientos económicos del país.
Por ejemplo, el secretario recibió de mala gana la noticia de que gran parte de la estructura de Hacienda continuará en el cargo excepto por Juan Pablo de Botton, quien trabajará en el gobierno de Clara Brugada. Asimismo, no tuvo la injerencia que demandaba en la designación del próximo director de Pemex ni en el SAT, donde seguirá trabajando Antonio Martínez Dagnino, un hombre muy cercano a Andy López Beltrán y alejado de Ramírez de la O.