Diría el clásico: “hasta lo que no come le hace daño”. A López Obrador todo le molesta y cualquier pretexto es bueno para atacar a quienes le cuestionan y para evitar hablar de la violencia que azota el país (y que él no ha sabido/querido combatir). Según la ENVIPE 2024 (Encuesta nacional de victimización y percepción sobre Seguridad Pública del INEGI), la incidencia delictiva a nivel nacional ronda los 31.3 millones o, lo que es lo mismo, 33,267 delitos por cada 100,000 habitantes. ¿Número de muertos con violencia? 198 mil en su sexenio; no llegará a los 200 mil solo porque este termina el 30 de septiembre y no el 30 de noviembre. Pero, bueno, de lo que se trata es de hablar de Ciro Gómez Leyva… Así que hablemos de Ciro:
¿Por qué criticar que se irá a España a residir por temporadas? En lugar de juzgar, debería felicitar al periodista o, en todo caso, preocuparse. Aplaudirle, porque son pocos los profesionistas de la información a quienes las empresas para las que trabajan los apoyan para trasladarse a laborar a otro país; habla de la gran labor que realiza Gómez Leyva y de la capacidad de adaptación de este y de su equipo de trabajo. Responsabilizarse porque, siendo Andrés Manuel —aún— la máxima autoridad de México, debería cuidar a los periodistas y no seguir azuzando el odio contra estos, en particular hacia quien sufrió un atentado hace dos años (nótese que, si bien hay detenidos, ni la fiscalía de la CDMX ni la General de la República han resuelto el fondo del asunto). Preocuparse también de que Ciro busque experiencias de vida en un país que sea menos violento y donde las oportunidades de un eventual retiro sean exactamente las que se han estipulado de antemano. Debiera resultar vergonzoso para un gobierno perder a un comunicador que lleva años en el trabajo periodístico, así como también no poder garantizar a sus pensionados sus condiciones de jubilación.
Dejemos otras cosas en claro: para Ciro, como para cualquier mexicano que intente concretar planes de vida laborales, ¡pero sobre todo personales!, tipo los que el periodista se ha trazado, traerá asociados elementos sin duda agradables. Pero también implica muchos sacrificios; usar ahorros y no contar con esquemas de protección social, por ejemplo.
¿Hay espacio para recriminar lo anterior desde la palestra de Palacio Nacional? En lo absoluto. Máxime si se toma en cuenta que el legado del periodista son décadas de informar con veracidad a la población mexicana, al grado de poner su vida en vilo por reflejar la situación por la que México atraviesa en materia de delincuencia. Más de 40 años de trabajo ininterrumpido es lo que Ciro ha prestado al país.
López Obrador no parece darse cuenta que Gómez Leyva no se está exiliando; no huye ni tampoco se retira. Seguirá sirviendo a la población mexicana y TRABAJANDO, lo que no puede decirse del hoy primer mandatario…
¿Es condenable que nuestros migrantes salgan de México buscando un mejor futuro? Por supuesto que no. Unos tendrán condiciones más propicias que otros para hacerlo, pero salir a probar si uno es capaz de llevar otro tipo de vida, así sea algunos meses o años, abriéndose paso en otra nación, rompiendo barreras y estereotipos, experimentando nuevos desafíos personales y dejando el nombre de México en alto, no es condenable. ¿O es que eso también lo está vetando López Obrador y la 4t?
A los migrantes temporales o permanentes siempre les esperan retos de todo tipo, incluyendo los monetarios, laborales, familiares y de costumbres. Todo se extraña y se añora estando fuera. No, no es fácil migrar. Para la mayoría de los mexicanos en el exterior son las circunstancias las que obligan a hacerlo.
¿Es el aspiracionismo el pecado? Para López Obrador, posiblemente. Él es un conservador y un conformista consumado. Un aniquilador de la superación personal (siempre y cuando no se trate de los suyos, claro está).
¿Desde cuándo retirarse a rascarse la panza a ‘La Chingada’ es más loable que quien se abre paso como migrante (así sea unos meses del año)? ¿A atreverse a –o tener que– enfrentar nuevos retos; saberse nómada y extraño en su propia piel?
¿Qué derecho tiene el presidente de criticar cuando no ha podido darle a México seguridad pública, inversión, educación, salud? López Obrador es el último que puede cuestionar los planes de retiro (o de trabajo) de los demás.
No, no todos pueden darse el lujo de “trabajar” escasos pocos años y retirarse a un rancho paradisíaco que se heredó. No cualquiera puede tener la fortuna de no prescindir de su veta aspiracionista. De ser cabeza de Estado y, a pesar de tener el país en llamas, irse a “macanear” una vez aquí y otra vez por allá… De tener como únicas actividades diarias las reuniones de “seguridad”, seguidas de una conferencia de prensa, para luego retirarse a descansar.
No, ni Ciro ni muchos más pueden darse el lujo de ‘irse a La Chingada’. El periodista, igual que millones de migrantes, salen todos los días a reinventarse.
Giro de la Perinola
1. Se requieren con urgencia clases de lectura y redacción. ¿Material didáctico que ejemplifique lo que NO hay que hacer? Favor de ver completita la más reciente participación en tribuna del flamante diputado federal Sergio Mayer (esta con motivo de la aprobación de la adscripción de la Guardia Nacional a la Sedena).
2. Un aspiracionista con poses de plebeyo. Usa la sala VIP de American Express del AICM, así como —de manera prepotente— los medios del Senado de la República, para denunciar a un individuo por la reyerta privada que entre ellos tuvieron. Eso es abuso de autoridad dado que NO sucedió en el Senado y el ‘compañero Noroña’ se encontraba fuera de sus actividades senatoriales. Por si fuera poco, la dirección jurídica de la cámara alta comete la ilegalidad de difundir públicamente el nombre del implicado. Si realizan esas pifias legales en lo menor, imaginemos sus fallas legislativas en lo mayor…
3. Un aspiracionista nato. José Ramón López Beltrán acusando a los hijos de Ernesto Zedillo de abuso en un concierto de U2 en la Ciudad de México de hace muchos años, al cual él también fue. ¡Qué bueno!, ¡aspiración pura! Al hijo del presidente le gustan los conciertos de rock internacionales (y caros), vivir en el extranjero, tener buenos coches y todo lo asociado con ser un aspiracionista, incluyendo que sus hijos nazcan en Houston y no en una clínica del IMSS. ¿Será que su padre se refería a él cuando dijo que está de moda vivir en el extranjero?…