El movimiento de la 4T entró a una especie de limbo. El tigre se soltó y a ver quién lo amarra. Ahora debieran solicitar con carácter de urgencia un negociador de experiencia en temas nacionales e internacionales, no fanático y con cierta dosis de independencia, para que no salga con el clásico: Sí, señor (o señora, depende del tiempo que tarden en encontrar a ese intermediario), como usted mande.
Cuidado, ese tigre llamado Poder Judicial de la Federación ya probó sangre. Y seguramente va por más. El caudillo midió mal al enemigo. Aquí lo malo para el régimen es que ese movimiento se podría convertir en una bola de nieve que jalaría a su causa a todos los inconformes con ánimos de revancha.
La sonorense Guadalupe Taddei debería estar preocupada. A ella y su equipo informático le arman algunos trabajos de investigación sobre los números supuestamente reales de las actas de escrutinio que, adelantan, trae sumas muy diferentes a las cantadas la madrugada del 3 de junio. ¿Serán ciertas las versiones? Quién sabe. Pero por si las dudas hay que preparar la defensa. Son otros datos. Ya veremos. Porque todo hace suponer que a la oposición se le acabó el tiempo para impugnar. Pero podrían hacer mucho daño con una supuesta ilegitimidad, que tanto se utilizó en el pasado.
Y paralelamente está el asunto de los narcos que podrían cantar en fila india, en inglés y español: Ovidio, su hermano Joaquín y El Mayo podrían ser kriptonita. Y en un descuido incluyen versiones de García Luna y El Chapo. Qué tanto es tantito.
Por eso y algunas otras razones la 4T necesita urgentemente un negociador bilingüe.