Sonora siempre es noticia por asuntos de violencia, narcotráfico o escándalos políticos. Hoy no puede ser la excepción: La senadora Lilly Téllez denunció que le quieren arrebatar su escaño a la mala. ¿Por qué? Aguántese la risa. Resulta que la razón, el argumento o el exceso de poder, es porque la autoridad sospecha que Lilly cobra dinero por aparecer en el noticiero matutino del periodista Ciro Gómez Leyva.
La notificación viene en ese sentido, según palabras de la propia Lilly.
Ya, por favor, más seriedad, doña Guadalupe Taddei, quien al inicio de esta historia ordenó que le quitaran su espacio en el noticiero matutino de Ciro a Lilly Téllez. ¿A petición de quién? Del también sonorense Alfonso Durazo.
Desde los tiempos revolucionarios no había tanto sonorense en la escena pública.
O en el escándalo político.
Como usted quiera llamarle.
En los tiempos revolucionarios del general Alvaro Obregón los cañonazos eran de 50 mil pesos.
Hoy deben ser de muchos millones de pesos.
Ahhhh, la acusación viene de un sonorense adoptado, veracruzano o mexiquense por conveniencia política, ya ni se sabe su origen, el diputado Sergio Gutiérrez, “gutiérritos”, como le llama Lilly. Si, el mismo que sugirió juicio político contra los consejeros electorales que se atrevieran a votar en contra de la sobrerrepresentación en San Lázaro.
Total, que los sonorenses de bien ya no saben a qué santo encomendarse para defender su tierra.
Desde ahora podríamos adelantar que doña Lilly tomará este asunto como bandera para buscar la candidatura a gobernadora de Sonora.
Como escribiría un afamado columnista damnificado del actual régimen: Al tiempo.
Bueno, a quien no gustaría este pronóstico es al alcalde hermosillense. Usted, a quién le va: ¿A Lilly o Toño?