Mientras el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, anunció siete cambios en su gabinete con miras a encarar el segundo trienio de su administración, en círculos políticos de Sinaloa se ha extendido el rumor, generado desde el centro del país, de que sus días como gobernador están contados luego del escándalo que provocó la carta dada a conocer hace unos días por la defensa de El Mayo Zambada.
Afirman en Sinaloa que la caída de Rocha Moya podría darse antes de la toma de posesión de la presidenta electa Claudia Sheinbaum, a quien Andrés Manuel López Obrador obligó a arropar al gobernador en crisis, cuya situación política se enreda más y más.
En la elección de 2021, el exrector de la Universidad de Sinaloa, Héctor Melesio Cuén, asesinado a tiros el mismo día en que ocurrió la captura o la entrega del Mayo, y cuyo deceso, según la carta del narcotraficante, sucedió a la misma hora y en el mismo lugar en que el Mayo fue sometido, le aportó a Rocha Moya más de 90 mil votos a través del partido que fundó en 2012 y que controlaba desde entonces: el Partido Sinaloense, PAS.
Cuén fue la fueza electoral de Rocha Moya: le llenaba los actos de campaña y hasta se vanagloriaba de eso. La carta de El Mayo subraya la vieja amistad que este narcotraficante sostuvo con Cuén. Cada día se hace más claro quién ayudó a Rocha Moya a llegar al poder.
Los avances de la investigación sobre el asesinato del exrector, dados a conocer por la Fiscalía General de la República la semana pasada, no hicieron sino acentuar la soledad en que se halla el gobernador: quedó claro que la fiscalía estatal manipuló evidencia para desacreditar la famosa carta de El Mayo, en la que se afirma que el día de su captura iba a reunirse con el gobernador. La Fiscalía reveló incluso que, faltando a todo protocolo de investigación, el cadáver de Cuén fue rápidamente incinerado.
Según fuentes cercanas a la investigación, las pesquisas llevadas a cabo por la FGR han ubicado ya a más de 30 mandos policiacos del estado que operan al servicio del Cártel de Sinaloa. El periodista Jorge Fernández Menéndez ha revelado que la DEA investiga desde hace un año al alcalde de Badiraguato, José Paz López Elenes, por el apoyo que ha brindado a los hijos y al hermano de El Chapo Guzmán: de acuerdo con el periodista, el alcalde ha sido notificado, incluso, de que le han cancelado la visa.
Rocha Moya admitió en su más reciente conferencia semanal que al menos 10 de los asesinatos ocurridos en Sinaloa el fin de semana pasado se hallan vinculados con la detención de El Mayo. Esas muertes no hacen sino revelar el nivel del involucramiento de la clase política sinaloense con el crimen organizado.
El sábado fue asesinado Martín García Corrales, operador de El Mayo Zambada por quien el gobierno de Estados Unidos ofrecía una recompensa de 4 millones de dólares. García Corrales era hermano de la actual presidenta del Partido Sinaloense, PAS, en el municipio de Elota.
El secretario general de organización de ese partido es Luis Antonio García Corrales. ¿Coincidencia? Luis Antonio García Corrales fue “levantado” en abril pasado, cuando se dirigía a un acto de campaña, y estuvo desaparecido durante más de 72 horas: Héctor Melesio Cuén, quien para entonces había roto con el gobernador y sostenía con este una cruenta lucha por el control político del estado, culpó de la desaparición al gobierno de Rocha Moya.
García Corrales no quiso hablar sobre los motivos de su secuestro, pero fue evidente desde entonces que algo muy oscuro estaba sucediendo en Sinaloa.
Las muertes ocurridas tras la captura de El Mayo, así como el caso de Héctor Melesio Cuén, están llenos de personas que se apellidan Corrales y vienen de la misma zona: las cercanías de Elota.
El presidente estatal del PAS, Víctor Antonio Corrales Burgueño, es padre de Fausto Ernesto Corrales Rodríguez, el joven que manejaba la camioneta en la que, según la fiscalía del estado, Héctor Melesio Cuén fue asesinado.
Fausto Corrales declaró que Cuén le había pedido que lo acompañara a una reunión con unos abogados, que fueron a una finca y que los abogados no llegaron. Dijo que al volver pararon a cargar gasolina y que entonces ocurrieron el intento de robo y el asesinato.
La fiscal del estado, Sara Bruna, impuesta en el cargo por Rocha Moya, sacó a la luz un video que pretendía probar el supuesto intento de asalto. Pero la FGR encontró al menos 10 inconsistencias en la declaración de Corrales y en la versión entregada por la fiscalía estatal. Sara Bruna fue obligada a renunciar “por consejo” del gobernador. Pero esa renuncia no le alcanza a Rocha Moya para salir del embrollo en que lo metieron la muerte de Cuén y la carta de El Mayo.
Aunque López Obrador insiste en que el gobernador sea apoyado a toda costa, las evidencias son ya tan abrumadoras que en la “mañanera” del lunes el presidente tuvo que matizar, y decir que si se prueba el involucramiento de autoridades con el crimen organizado “tiene que haber castigo”.
Dicen en Sinaloa que la carta de El Mayo y las mismas balas que mataron a Cuén han asesinado la carrera política de Rocha Moya y han desatado el más serio conflicto, tanto dentro como del otro lado de la frontera, que acaso ha enfrentado la llamada 4T.