Petróleos Mexicanos (Pemex) informó que sus adeudos facturados con proveedores y contratistas alcanzaron los 126 mil 357 millones de pesos en julio de este año, más del triple de lo reportado en el mismo mes de 2022, cuando la cifra era de 37 mil 105 millones de pesos. Este incremento es reflejo de la compleja situación financiera que enfrenta la empresa productiva del Estado.
De acuerdo con Octavio Romero Oropeza, director general de Pemex, el aumento en los pasivos de la compañía es consecuencia directa de la deuda adquirida durante las administraciones de 2006 a 2018, las cuales duplicaron el monto. No obstante, subrayó que, con el apoyo del gobierno federal, se ha logrado reducir la deuda desde los 130 mil millones de dólares.
Por su parte, José Ángel Gurría, exsecretario de Hacienda, reconoció que las finanzas de Pemex han sido afectadas por el régimen fiscal aplicado durante años, el cual canalizaba gran parte de los ingresos brutos de la petrolera a las arcas del gobierno, generando una deuda significativa. A pesar de los esfuerzos por mejorar la situación, la empresa sigue enfrentando desafíos importantes, incluyendo el pago a proveedores, lo que podría poner en riesgo su operación y la economía de las regiones que dependen de su actividad.
Expertos como Fluvio Ruiz Alarcón, exconsejero independiente de Pemex, han señalado que la situación actual de la empresa es el resultado de problemas acumulados desde los años 80. En tanto, Gonzalo Monroy, director general de la consultora GMEC, destacó la incertidumbre sobre quién tomará la dirección de Pemex tras la eventual salida de Romero Oropeza, subrayando que las personas con el conocimiento necesario para asumir el cargo no están dispuestas a hacerlo debido a los graves problemas financieros de la compañía.
A medida que Pemex enfrenta múltiples desafíos, como robos de combustible, accidentes y reducción en la producción, la empresa se encuentra en una encrucijada que podría definir su futuro en el corto y mediano plazo.
Con información de:
El Universal