Antes, en la Convención, las redes en EU se habían emocionado con los discursos de Alexandria Ocasio-Cortez y la ex primera dama Michelle Obama, quien llegó a la Convención usando trenzas africanas. Y con ello, otra vez las redes reaccionaron, al considerar la elección estética como un posicionamiento político, que busca empoderar a las mujeres negras. El discurso de Obama apuntó directamente a defender los orígenes “normales” de Harris, el esfuerzo de su familia y a responder a Trump, acusándolo de racista y misógino.
Y este asunto de la “normalidad” es central en la nueva versión de Harris. Walz fue impulsado en la Convención con carteles impresos que repartieron a la audiencia y decían “Coach Walz” en referencia a que, antes de ser político, fue entrenador de equipos deportivos en bachilleratos. Y cuando habló Emhoff, el esposo, repartieron carteles solo con su primer nombre, Doug, a lo que rápidamente respondió la prensa con el eslogan “Ella es todo, él solo es Doug” en referencia a la película Barbie. Con ello, el partido lanza una estrategia para posicionar a Harris con el apoyo de dos hombres que están “redefiniendo la masculinidad”.
Luego, las sobrinas nietas de Harris crearon otro momento viral. Subieron al estrado y “enseñaron” a los asistentes a la Convención a pronunciar correctamente el nombre de Harris, con el acento en la primera sílaba, KA-mala. Y esto importa, porque Donald Trump ha usado la pronunciación equivocada como Ka-MA-la para mofarse de su rival.
Al tomar su turno, Harris habló de sus orígenes humildes y del esfuerzo de su madre, una inmigrante, para criarla. Esto es también nuevo. En sus campañas anteriores, a senadora y fiscal general de California, Harris hablaba mucho más de sus logros profesionales, no de sus batallas personales.
Pero ahora, el acento está en la emoción. Tras una semana de la Convención Nacional Demócrata, las noticias más compartidas no hablan de las políticas públicas de los demócratas o los planes de política exterior. En el mejor estilo de Hollywood, la Convención y la campaña de Harris están apostando a la emoción, la humanización, la identificación con el centro.
Harris ha mejorado las encuestas para su partido, pero continúa debajo o muy pegada a Trump en varios estados clave. Le quedan 72 días antes de las elecciones. Veremos si los momentos virales, la alegría y el tono desafiante que ha traído Harris a la campaña demócrata le alcanzan a su partido para impedir que Trump vuelva a la Casa Blanca.