Como lo he denunciado y documentado, la reforma de AMLO al Poder Judicial es la venganza contra la SCJN por haberle echado para atrás sus caprichos anticonstitucionales.
“Para que entiendas, pendeja, aquí quien manda soy yo…”.
Es el título de la historia que a continuación leerá y que los dejará helados, confirmándonos que la realidad siempre supera la ficción.
Las mujeres que están o estuvieron casadas con hombres que son violentadores, que son abusadores, que ejercen violencia vicaria, es decir, que se roban, que les quitan sus hijos a sus madres para someterlas. Este tipo de sujetos tienen mucho dinero, acceso para poder corromper autoridades, comprar resoluciones, y este es el caso de Maha.
Siéntese bien
El exesposo de Maha se llama Bernardo Vogel y es dueño de empresas millonarias transnacionales que cotizan en bolsa.
La pesadilla de Maha comenzó el año pasado, cuando le pidió el divorcio; él le dijo que por favor no se divorciaran, que fueran a terapia, que buscaran apoyo, pero todo eso fue una mentira, pues un día, estando en casa, los dos en pijamas, con sus cinco hijos, toca la puerta una actuaria del Tribunal de Justicia en la CDMX para notificarle la demanda de divorcio que este sujeto, su aún marido, había interpuesto.
Así como lo están leyendo
Acto seguido, tras ser notificada, le dijo a Maha:
“Para que entiendas, pendeja, que aquí el que manda soy yo. Tú no me puedes dejar a mí, yo te dejo a ti y te quito a los niños”. ¡Quihúboles con el patán, violentador y manipulador!
Obvio, Maha tuvo que contestar esta demanda y exhibir que ella y sus cinco hijos han sido violentados por este sujeto durante 18 años.
Un juez familiar decide no solamente darle la guardia y custodia de los menores, de los cinco, a Maha, sino también otorgarle medidas de protección, porque evidenció la violencia que había estado viviendo, además de que este sujeto también era violento con sus cinco hijos, los golpeaba, los insultaba, era omiso en sus cuidados, entre otras cosas.
Inhale y exhale
Pues días después este sujeto perverso, con la colaboración de su padre y algunos otros familiares con el mismo estándar económico o incluso mayor, contratan a una señorita que trabaja para el DIF y simulan un operativo disque en la casa de Maha, cosa que no fue cierto, pues nunca subieron a su departamento. Sin embargo, el padre, junto con el abuelo, estaba esperando a los cinco niños para llevárselos a la Agencia 59 de la fiscalía capitalina.
Eso es gravísimo.
La Agencia 59 funge como una especie de albergue temporal cuando los niños están sufriendo de violencia extrema. Como se podrán imaginar, las condiciones en que se encuentra son deplorables, por decir lo menos.
Siendo más específica, es básicamente un reclusorio para chiquitos, bebés, niños y niñas.
Entonces este sujeto lleva a sus hijos a este albergue y les dijo que estaban ahí porque su madre no los quería, porque quería deshacerse de ellos.
La manipulación surte efectos y no sólo ofenden a su madre, también le escupen, le pegan, le avientan tierra en la cara y Maha, con el corazón deshecho, para defenderse los graba, mientras el padre se reía frente a los hijos, burlándose de cómo la lastimaban.
Esa rabia que los niños tienen dentro de su ser, de su alma, es la que este sujeto promovía para que los niños pudieran ir a declarar que odiaban a su madre porque ya no los quería.
Lo peor está por leerlo
La Fiscalía CDMX puso a Maha y a sus cinco hijos en grave peligro.
Maha lleva más de siete meses sin ver a sus hijos, pero lo terrible del caso -agárrese- es que el fiscal de niños, niñas y adolescentes de la fiscalía denominada FIDCANNA, Miguel Ángel Barrios, en “colaboración” con Bernardo Vogel, genera una denuncia donde falsifica periciales practicadas a los cinco niños con una narrativa idéntica; niños de 7, 8, 10, 11, 12 años, todos diciendo lo mismo.
¿Cómo les quedó el ojo?
Se necesita ser muy, pero muy cínico para suponer que alguien no se va a dar cuenta de que estas declaraciones están siendo manipuladas por la propia fiscalía para lograr, a su vez, llevar a Maha a juicio, porque se supone que ella generó violencia familiar, cosa que es totalmente falsa.
No está por demás dejar en claro que Maha renunció a su carrera y se dedicó 100 por ciento a sus hijos. Que es una mujer extraordinariamente inteligente. Que sus hijos eran niños de excelencia académica, niños que siempre eran felicitados por su buen comportamiento, por ser amables, educados. Y de la noche a la mañana todo cambió; bueno, no de la noche a la mañana, se necesita estar dándole y dándole y dándole al corazoncito de estos niños, como de muchos otros, para contrapuntearlos y generarles esta animadversión, este coraje en contra de su madre.
Un fuerte doble
Pues el fiscal de niños y adolescentes, Miguel Ángel Barrios, solicitó que se judicializara la carpeta donde denuncian falsamente que Maha es violentadora. De hecho, Maha no pudo ni defenderse porque en la fiscalía le ocultaron la carpeta. ¡Quihúboles!
Otra mujer violentada y revictimizada por la fiscalía CDMX
Ah, el papá del sujeto, abuelo de los niños, está denunciado por acoso y abuso sexual por diferentes chicas de una barbería, y hoy, gracias a un juez corrupto, sus nietos, esos cinco niños, viven con él y su abuela materna.
¡Imagínense el peligro! Con un abuelo así y con un papá que los manipula emocionalmente, falsifica las pruebas, compra al juez para que con este operativo falso revierta la guardia y custodia.
Consejo de la Judicatura, ojo, hay modus operandi
Pues este juez quinto de lo familiar no es la primera vez que tiene una denuncia. Actualmente, sólo en la fundación Voces Humanizando la Justicia tienen cinco casos por los que han tenido que acusar a este juez ante el Consejo de la Judicatura.
Ana Katiria, la abogada de Maha, me dijo: “es la primera vez que veo un caso tan grave de violencia vicaria e interferencia parental. Es terrible lo que este sujeto, que también es muy inteligente, pero maquiavélicamente ha hecho con sus cinco hijos con tal de someter a una mujer que lo quiso dejar”.
¿Cómo está Maha? Destruida. Esta flaca, triste, frágil, está en una condición en la que ni siquiera se atrevía a llorar, pues sentía, creía que no tenía derecho de llorar porque ya no tenía a sus hijos y nadie podía ayudarla.
“Dentro de nuestra fundación Voces Humanizando la Justicia no existe el silencio para los perversos. No existe el silencio para quien se roba a los niños e interfiere en sus emociones”.