“Cerca de Zacualpan, una localidad de 600 habitantes -donde el 20 de julio se registró una balacera entre cárteles que llegó hasta el municipio de Amatenango de la Frontera- los pobladores se taparon el rostro, con capuchas, pasamontañas, pañuelos y gorras”.
“A bordo de vehículos tipo estaquita y en motos, gritaban lo que les habían indicado: ‘¡Vamos a liberar Chicomuselo!’ ‘¡Queremos paz!’, ‘¡Viva Sinaloa!'”.
“En un video difundido por redes sociales, también se ve un vehículo oficial de la Policía Estatal Preventiva y un carro de volteo, que hacían sonar el claxon sobre la vía”, dice el relato.
Además, el grupo contrario del Cártel Jalisco obligó el sábado a pobladores de los ejidos Pacayal, Potrerillo y Guadalupe Victoria, en el municipio Amatenango de la Frontera, a bloquear la carretera de Paso Hondo, en Frontera Comalapa. Quien no participara era asesinado.
La Diócesis de San Cristóbal de las Casas emitió un llamado a la consejera presidenta del Instituto Electoral chiapaneco, María Magdalena Vila Domínguez, a suspender las elecciones extraordinarias de este domingo ante la circunstancia de violencia criminal. El Instituto Electoral ya había suspendido las elecciones extraordinarias del municipio indígena de Pantelhó, en la región de Los Altos. Sin embargo, decidió celebrar comicios en Chicomuselo y en Luis A. Vidal, otro municipio de la región fraylesca.
En Chicomuselo estaban habilitadas a votar 15 mil personas en 27 de 45 casillas posibles. Una cosa es el padrón y otra la realidad. Miles de pobladores han huido de Chicomuselo a distintos municipios chiapanecos e incluso a Guatemala. Quién sabe quién haya votado este domingo. Una elección en un pueblo fantasma.
Y los electos por ese voto a boca de fusil ya saben a quién le tienen que rendir pleitesía. Apenas el viernes, los criminales derribaron puentes de paso para salir y entrar en Chicomuselo. Por ahí no pueden ya transitar si querían huir pobladores o bien si querían sacar sus pequeñas cosechas o traer víveres en la situación de guerra.
Pastores evangélicos, con enorme influencia en la región, también claman ayuda. En una carta abierta difundida por Facebook, el Pastor Yonny Gudiel lamenta el desamparo.
“Con el dolor que siente un ser humano natural he partido de mi pueblo y he visto a mi gente dejar todo atrás. No sé cuánto tiempo será; el dolor y el daño ya está hecho… Hoy estamos refugiados en tierra ajena y, aunque la generosidad de la gente es grande, pero no deja de doler el acto… Tengo a mi secretario de la iglesia desaparecido y a su familia angustiada esperando Dios haga el milagro”.
Así se hacen las elecciones en Chiapas. Qué bueno que pronto ya se elegirán en urnas a los jueces en este país. Ya puede saberse cómo serán electos en Chiapas, al grito de “¡Viva Sinaloa!”. Y después impartirán justicia de esa que tanta sed tienen los mexicanos.