Han pasado 10 días desde que se conoció de la sorpresiva detención de Ismael El Mayo Zambada y de Joaquín Guzmán López por parte del gobierno de Estados Unidos en el aeropuerto de Santa Teresa, Nuevo México, luego de que ambos capos del Cártel de Sinaloa partieron desde Culiacán, en territorio mexicano, a bordo de un avión privado, cuyos registros, ni de la aeronave ni del vuelo, conoció el gobierno mexicano. Y hasta ahora, el gobierno del presidente López Obrador sigue sin saber exactamente cómo fue la operación o los acuerdos con los que el FBI estadounidense pudo lograr la captura del escurridizo Zambada y del hijo del Chapo Guzmán.
A pesar de las reiteradas peticiones que ha hecho el gobierno de México y su presidente para que la administración Biden le informe los pormenores y las acciones de sus agencias de seguridad en territorio mexicano para poder lograr ese golpe extraordinario al Cártel mexicano más antiguo, lo único que ha recibido por respuesta López Obrador y las instituciones mexicanas, ha sido el silencio absoluto de la Casa Blanca, que claramente ha ignorado y desoído las exigencias del inquilino del Palacio Nacional, que sigue sin saber exactamente qué fue lo que sucedió y cómo fue que los agentes del FBI pudieron operar para lograr lo que nunca pudo o nunca quiso hacer ni la administración lopezobradorista ni ningún otro presidente en la historia reciente de México.
Dice la conocida frase que “el silencio dice más que mil palabras” y en este caso paradigmático en el combate al narcotráfico mexicano y particularmente en la guerra contra el tráfico de fentanilo que ha declarado el gobierno de Estados Unidos, la ausencia de respuestas desde Washington trae todo un mensaje para el agonizante gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Porque mientras el presidente mexicano ha recibido información a cuentagotas e imprecisa por parte de las autoridades estadounidenses, los mismos mexicanos y la prensa, tanto de México como de Estados Unidos, sólo han podido especular y documentar a medias, con base en testimonios de fuentes confidenciales, cómo se fraguó este espectacular golpe al dividido y confrontado Cártel sinaloense, sin poder llegar a conocer la información precisa y con versiones que pasan de los datos de los vuelos y los aviones utilizados a historias que rayan casi en la ficción y en los guiones de las populares narcoseries de televisión.
El que no le respondan desde Washington a López Obrador ni le den explicaciones de un operativo que exhibió la ineptitud e ineficacia de su gobierno en el combate a los capos de la droga, es claramente un reclamo silencioso por la falta de acciones contundentes en contra de los cárteles que fabrican y exportan las pastillas de fentanilo a Estados Unidos, desde el territorio mexicano. Antony Blinken y Alejandro Mayorkas estuvieron varias veces en Palacio Nacional con el mismo presidente y su gabinete de seguridad para exponer la urgencia de que México tomara acciones fuertes contra el tráfico de Fentanilo, y lo hicieron también en reuniones bilaterales en territorio estadunidense.
Se lo dijeron mil veces, se lo pidieron en tono comedido primero, luego de modo más firme y a veces hasta elevando el apremio a que se dieran golpes reales para desmantelar y frenar las operaciones de los narcotraficantes mexicanos que producen y mandan la droga que está causando una epidemia de muertes y adicción en varios estados de la Unión Americana, pero ante la tibieza y la simulación con la que siempre les respondió la administración lopezobradorista, que no tocaba al Mayo Zambada ni a ningún otro líder de Sinaloa o de cualquier otro Cártel, comenzó entonces la operación directa desde Washington que, sin que sepamos cómo todavía, logró llevar a territorio estadunidense al que había sido hasta ahora, por casi 50 años, el capo “intocable” del narcotráfico mexicano.
No fue casualidad que un par de meses antes del operativo que culminó con la detención del Mayo Zambada, la directora de la DEA haya ido al Senado de Estados Unidos a denunciar la “poca cooperación de México” y el retraso del gobierno mexicano para otorgarle visas a sus agentes para que pudieran investigar en territorio mexicano. La respuesta del presidente López Obrador fue acusar de “exagerada” a Anne Milgram y decir que ya se habían autorizado las visas que, efectivamente, se movieron tras los señalamientos de la funcionaria estadounidense.
Pero más allá de su pleito con la DEA y de que mantenía el diálogo de alto nivel en materia de seguridad y reportaban acciones para combatir el fentanilo, la realidad es que el gobierno de López Obrador nunca se tomó en serio las peticiones y exigencias que le hicieron desde Washington y hasta llegó a negar que los grupos del narco mexicano produjeran las pastillas de fentanilo que se trafican y consumen en los Estados Unidos. Su política de “abrazos, no balazos” y su constante defensa y deferencias hacia los narcos, en particular hacia los sinaloenses, hicieron que su administración rehuyera en todo momento la posibilidad de buscar y capturar a los capos de esa organización, sobre todo a partir del fallido operativo del octubre de 2019 para detener a Ovidio Guzmán, que desató una rebelión armada de la organización criminal del Pacífico.
Así que hoy que se acerca el fin de su sexenio, cuando le quedan sólo 56 días para despachar en la Presidencia —al menos de manera oficial— al presidente mexicano de los últimos tiempos que más desafió y desairó al poderoso imperio que tenemos por vecino, que cuestionó una y otra vez su política exterior hacia América Latina y que, aunque mantuvo una relación y un diálogo cordial, tampoco les dio nunca resultados contundentes y fehacientes s en la cooperación para combatir el tráfico de drogas y a los peligrosos y violentos capos mexicanos, hoy lo ignoran desde Washington y le responden con silencio. Si eso es ahora que aún tiene el poder ¿cómo lo tratarán cuando ya no esté formalmente en Palacio Nacional?
NOTAS INDISCRETAS… Para confirmar lo que se adelantó a anunciar Claudia Sheinbaum ayer el mediodía, la presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Mónica Soto, salió ayer a través de un video a informar que será el 15 de agosto próximo cuando se le entregue a la doctora su constancia de ganadora de la elección presidencial del pasado 2 de junio junto con el acta que la declara oficialmente “presidenta electa de los Estados Unidos Mexicanos”. Ante la revelación que hizo Sheinbaum en su conferencia de prensa, donde dijo que “nos han informado que será el 14 de agosto cuando nos entreguen la constancia”, a la magistrada Soto sólo le quedó precisar en su video que el 14 será cuando sesione la Sala Superior para llevar a cabo la calificación de la elección presidencial, una vez que han desahogado y resuelto con sentencias todas las impugnaciones y recursos que se presentaron en contra de dicha elección y que será el 15 de agosto, un día después, cuando convoquen a la futura gobernante a recibir el documento oficial que la confirma como la próxima presidenta de México y la primera en la historia en ostentar ese cargo. No deja de llamar la atención que la magistrada presidenta y el Tribunal hayan tenido que reaccionar al anuncio adelantado por la doctora Sheinbaum que se anticipó a que fuera la institución electoral la que hiciera el anuncio. A ver si con esto no resulta que también la futura gobernante, que tanto imita y copia al actual presidente, aplica aquello de que “su pecho no es bodega” y empieza a revelar o a anunciar cosas que correspondan a otras instituciones autónomas o, como en este caso, del Poder Judicial de la Federación… Hablando de adelantados, ayer el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, recibió a la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner a quien declaró “huésped distinguida” de la capital mexicana. A pesar de que doña Cristina aún tiene juicios pendientes por corrupción en su país y una condena pospuesta por 6 años, Batres dio un discurso en el que elogió los logros de la también exvicepresidenta y exaltó “su lucha por la justicia social y sus grandes aportes a la transformación de América Latina”. En el mismo tono, la peronista también fue recibida ayer por la canciller Alicia Bárcena, quien la invitó a su despacho en la Torre de Relaciones Exteriores. Y es que los morenistas han tratado a Cristina como una auténtica “heroína de la izquierda” pretendiendo ignorar que aún tiene dos causas penales abiertas en su país, junto a la condena de 6 años, por irregularidades en el caso de Hotesur-Los Sauces y delitos por traición a su patria en el caso del memorándum con Irán. Y como a doña Cristina se le da muy bien eso del protagonismo y los reflectores, aprovechó su presencia en México, en un foro que le organizó el partido Morena, en la que fue la estrella principal, para fijar su posición sobre la controvertida reelección de Nicolás Maduro en Venezuela, con una declaración que molestó al dictador venezolano y por la que le respondieron desde Caracas: “Comparto el comunicado que firmaron AMLO, Lula y Petro. Más allá de simpatías o antipatías (…) pido que se publiquen las actas por el propio legado de Hugo Chávez, para que todos puedan escrutar”, dijo la señora Kirchner. Su declaración no cayó nada bien en la dictadura madurista, desde donde le contestaron en voz del diputado de la Asamblea venezolana, Diosdado Cabello, quien sin mencionarla por su nombre, acusó a Cristina Fernández de haber traicionado “el legado del peronismo”, al haber sido parte del gobierno de Alberto Fernández que perdió el poder frente al derechista Javier Milei. Así que mientras doña Cristina Fernández de Kirchner desata tormentas dentro y fuera de su país, en México los morenistas la tratan como si fuera la diva de la izquierda. Si esas son sus heroínas… Ayer el Sindicato de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA) celebró sus 66 años de creación con una Asamblea conmemorativa a la que asistieron varios de los líderes sindicales del país. A la clausura del evento invitaron al senador Napoleón Gómez Urrutia, quien dio un discurso en el que mencionó que en este sexenio avanzaron 160 reformas laborales en el Senado de la República en beneficio de la clase trabajadora de México, aunque dijo que “aún hay temas pendientes y muchas injusticias laborales que le corresponderá atender y resolver al próximo gobierno de la doctora Claudia Sheinbaum”. El líder minero propuso ante los pilotos y otros dirigentes de sindicatos presentes, crear un Frente Sindical Nacional que renueve al sindicalismo mexicano y cree nuevas organizaciones, para enfrentar los retos que tiene la clase trabajadora ante los cambios de gobierno en México, Estados Unidos y Canadá que renuevan poderes en este año. “Debemos estar muy unidos los dirigentes y las organizaciones para defender la libertad, la democracia, la justicia y la dignidad de todas y todos”, dijo el senador Gómez Urrutia. ¿Será que viene una nueva central obrera en la era de la 4T?… Los dados mandan Serpiente Doble. Primera caída de la semana.