Después de 6 años de haberse mantenido al margen de los problemas del país, especialmente de las problemáticas de las mujeres mexicanas, la doctora Beatriz Gutiérrez Müller escribió y presentó la noche del pasado martes un libro titulado “Feminismo silencioso”, en el que sostiene que “el silencio también es una forma de protesta” y reivindica que muchas mujeres, como ella mismo, diariamente y en silencio “construyen el país”.
Con un evidente despliegue de recursos públicos, en una carpa instalada en el Zócalo capitalino, afuera del Palacio Nacional y teniendo como invitados a su esposo, el presidente López Obrador y a la presidenta electa Claudia Sheinbaum, además de un sinfín de políticos de Morena que asistieron a la presentación, la autodenominada “no primera dama” explicó que su libro trata sobre el ejercicio de la comunicación y la argumentación en el discurso público, a través de una serie de reflexiones que pasan del tema comunicacional a las aportaciones de las mujeres mexicanas para un país más igualitario y justo.
No deja de llamar la atención que la doctora Gutiérrez Müller, que desde el inicio de este gobierno aclaró que ella no jugaría el rol tradicional de las primeras damas, ni se involucraría en las labores que históricamente desempeñaban las esposas de los presidentes, termine el sexenio con un libro en el que plantea que su actuación pública, sin necesariamente haber sido protagónica o estridente, sí tuvo contribuciones importantes a la lucha de las mujeres mexicanas y al feminismo que reclama un fin de la violencia y una sociedad que no normalice la violencia hacia las mujeres.
Sobre todo porque, más que abanderar causas feministas o apoyar las luchas y demandas de las colectivas mexicanas, doña Beatriz se dedicó más a andar recorriendo el mundo con la representación de su marido, en eventos culturales y de temática histórica que no tuvieron mayor repercusión o resultados importantes para el país o para la administración lopezobradorista. Cuando no estaba en Roma, visitando al Papa, o llevando cartas a los Reyes de España para reiterarles la petición de “disculpas” por la conquista, Gutiérrez Müller se iba de gira por el Caribe llevando grupos folclóricos y artesanos mexicanos en viajes que realizaba en aviones oficiales y con comitivas numerosas.
Que se recuerde o haya quedado registrado, nunca se escuchó a la antigua reportera y actual doctora en Teoría Literaria por la Ibero, apoyar o defender las causas o las demandas feministas en México; mucho menos censurar las posiciones antifeministas del presidente que lo mismo descalificaba las marchas de las mujeres, acusándolas de ser “conservadoras” y de atacar a su gobierno, o les ponía enormes vallas metálicas para evitar que se acercaran a su Palacio. Tampoco se pronunció nunca en contra de los feminicidios, de las desapariciones de mujeres, de la violencia sexual o de la falta de una estrategia efectiva desde el gobierno federal para frenar el asesinato diario de al menos 11 mujeres mexicanas, jóvenes y niñas en su mayoría.
Tampoco se le escuchó respaldar o apoyar de forma alguna a las Madres Buscadoras de toda la República que constantemente venían a Palacio Nacional para pedir audiencia con el presidente, desesperadas por la falta de apoyo de los gobiernos estatales para la búsqueda de sus hijos y familiares, y que en vez de ser escuchadas y atendidas por la Presidencia de la República, lo que encontraban también eran adjetivos y epítetos en la boca del presidente que no sólo se negó siempre a recibirlas y escuchar sus demandas, sino que también las acusó de tener “intenciones políticas” y las catalogó como parte de la conspiración opositora a su gobierno.
Ya no hablemos de la lucha de los padres de niños con cáncer. Si bien doña Beatriz demostró ser una muy buena madre, cuando salió a defender públicamente a su hijo y movió conciencias y redes sociales con su hashtag #ConLosNiñosNo, nunca se le ocurrió aplicar su muy legítima demanda de proteger a un menor de edad de las burlas y el escarnio público, a otras causas tan reales como urgentes en México, relacionadas no sólo con la falta de medicamentos para los niños con cáncer, sino con los derechos de la infancia que en México sigue sufriendo todo tipo de explotación y maltrato.
Su gran interés siempre fue la historia y ni siquiera el cargo público que le creó su esposo al inicio del sexenio, como Coordinadora de la Memoria Histórica y Cultural de México, resultó efectivo o que aportara a la tarea en el ámbito del rescate o conservación del patrimonio histórico o cultural, porque, sin explicar nunca qué fue lo que pasó, ella participó por unos meses como coordinadora, luego se convirtió en presidenta honoraria y la coordinación pasó entonces a Eduardo Villegas. En agosto de 2022 el señor Villegas fue designado embajador de México en Rusia y, tras permanecer acéfala por varios meses, el presidente publicó un decreto derogando la dichosa Coordinación y adscribiendo las labores de conservación histórica a la Oficina de la Presidencia.
A partir de eso Beatriz Gutiérrez Müller se dedicó más a sus actividades académicas como investigadora del Conacyt nivel II, reconocimiento que obtuvo en octubre de 2023; a aparecer en los eventos políticos importantes acompañando al presidente y a realizar viajes por diversos países con la representación presidencial o como una especie de “embajadora cultural” de México y se alejó de los reflectores públicos y de cualquier actividad relacionada con los problemas del país.
La noche del martes, al presentar su citado libro, la doctora y esposa de López Obrador anunció su retiro de la esfera pública. “Como yo no pedí estar en la esfera pública, me voy a retirar de igual modo, sobre todo de la esfera política, no es lo mío. Y aunque fui pública, o soy pública, por razones ajenas a mi voluntad, me retiraré silenciosamente también para vivir con toda la prudencia que me caracteriza lo que resta de mi vida”, expresó la escritora.
Así que, con su “protesta silenciosa”, tan silenciosa que nunca se le escuchó protestar, la primera esposa de un presidente que rechazó el título simbólico de “primera dama”, se retirará a la vida privada, en la que dijo esa noche en el Zócalo, seguirá siendo “muy imprudente todavía y está muy bien”. La verdad es que, salvo el ruido mediático y la fiesta que le organizaron la noche del martes, a Gutiérrez Müller no se le recordará por ninguna acción importante para el país o para las causas de las luchas feministas o de cualquier tipo. Y seguro que la extrañarán en Palenque, a donde ya dijo que no irá, pero no mucho más allá.
NOTAS INDISCRETAS…
Tras la confirmación de la visita que realizará a México el presidente de Argentina, Javier Milei, para participar como orador en la reunión de ultraderecha de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), y de que el presidente López Obrador anunciara, como era de esperarse, que no invitará ni se reunirá con el mandatario argentino, con quien mantiene fuertes diferencias, ayer se confirmó que además de su discurso ante los ultraderechistas mexicanos y de varios países que se reunirán aquí este 24 de agosto, un día antes Milei sostendrá una reunión con empresarios mexicanos, aunque no se revelaron nombres de quiénes acudirán a esa reunión. Será interesante ver qué empresarios mexicanos acuden a escuchar a Milei, si es que se hace pública la lista, sobre todo porque muy seguramente en Palacio Nacional estarán muy interesados en saber. Por lo pronto, los precios para acudir a ver y escuchar al polémico mandatario argentino andan por 6,300 el boleto con cena incluida. Es decir, que claramente será un evento para gente pudiente y un buen negocio para el señor Eduardo Verástegui, que representa a México en la CPAC, porque seguramente después de su fallida aspiración presidencial, el líder ultraderechista y productor de cine, ya debe estar haciendo un “cochinito” para la creación de su propio partido, al que, por cierto, está tratando de llevarse a muchos panistas de ultraderecha, que están inconformes y decepcionados con el manejo del PAN. Veremos cómo reciben en México a Javier Milei en su segunda visita, ya como presidente, porque la primera vez que vino, en 2022 también a un foro de la CPAC, aún no gobernaba en Argentina. Por cierto, nos dice gente vinculada a la ultraderecha que por venir a esa conferencia Milei cobra y cobra muy bien. O sea que nada es gratis ni de cuates…Los dados repitieron Serpiente. Descenso obligatorio.