Dice Gerardo Fernández Noroña que con las elecciones del 2 de junio, los plebeyos han tomado en sus manos el destino del país. No sé si todos los cuatroteístas así se consideren, pero él sí. Pudiéndose definir como ‘pueblo’, ‘camarada’, ‘libre’, ‘pensante’, prefirió llamarse “‘plebeyo’.
Dado que a este sustantivo la RAE le da los siguientes sinónimos: vulgar, populachero, grosero, villano, vasallo, popular, pechero, tenemos que o el legislador tiene muy baja autoestima o le reditúa hacer gala de ordinario. Quizá para el nuevo presidente del Senado, vivimos en los tiempos de la Roma más decadente. Había Césares y los demás podían como máximo ser vasallos… Individuos dispuestos a acatar sin mover una sola coma los designios del emperador.
Este ordinario personaje, luego de haber ido a ver a Claudia Sheinbaum para “cobrar” su acuerdo con las corcholatas, como tercero con mayor votación obtenido meses antes en el proceso de primarias internas de la 4t, hoy está dispuesto a realizar las triquiñuelas que sean necesarias y provocar un marranero institucional tal que inclusive debilite a la presidenta electa.
Con base en berrinches, chantajes y presión funcionan los obradoristas / claudistas, mismo entre ellos. Los méritos, la capacidad y la experiencia les son ajenos.
Quizá también por eso el plebeyo y villano senador, así como sus numerosos colegas, piensan que lo realizado por las sanguijuelas del PVEM es una correcta y loable acción. Me refiero a darnos la razón acerca de que la sobre representación que aprobó el TEPJF fue un fraude a la nación, tanto así que el Verde le regresó a Morena los diputados que le había prestado para inflar su votación. ¿Para qué? Con objeto de que Regeneración Nacional cometa un fraude adicional al acaparar por tres años los órganos directivos y de gobierno del Congreso.
O el haber distribuido su nuevo botín con el fin de adquirir “el sí” de Araceli Saucedo y de José Sabino Herrera, senadores electos del PRD, traidores a la oposición y a México, y ahora serviles al oficialismo. Aquí va una muestra de su soberbia y deshonestidad en voz de Saucedo: “Ya no hay partido, ¿quién nos va a expulsar?”.
Así Morena, como dice el dicho, ‘parte, reparte y se queda con la mejor parte’ en el Poder Ejecutivo, en el Legislativo, pero también en breve, gracias a los 55 mil cargos que conforman la tercera rama del Estado, el Judicial.
México no merece esta clase política; unos celebrando que compraron los apoyos y los otros celebrando el haber sido comprados.
Y si Morena pudo comprar a determinados legisladores, ¿por qué creerles que su intención no es comprar a jueces como producto de la reforma al Poder Judicial propuesta por el partido mismo?
Tres en Raya
Los senadores del PAN votaron para que el senador Fernández Noroña fuese presidente del Senado. Ese fue el nada honesto acuerdo para que Morena le concediera la vicepresidencia de la mesa directiva de la cámara alta a Acción Nacional. Si los azules creen que fue un buen arreglo y que ello garantiza que el senador presidente no se comporte como todo un porro, están muy equivocados.