Con gesto adusto —¿compungido?—, el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, leyó la postura del gobierno de su país frente a la reforma judicial del presidente Andrés Manuel López Obrador. La declaración, de una dureza no vista en mucho tiempo, se puede resumir en que, para Washington, el proyecto lopezobradorista pone en riesgo la relación comercial, es decir que pone en riesgo al T-MEC, y que facilita la intervención de los cárteles del narcotráfico en el poder judicial. Una vez que pasó a la sesión de preguntas de la prensa, don Ken comenzó a hacer maromas entre lo que le dicta su corazón respecto a su amigo y el frío, contundente, posicionamiento oficial de su país. Prodigaba elogios a los que considera logros históricos del mandatario mexicano y a sus presuntas buenas intenciones de acabar con la corrupción, pero tenía que volver al manotazo ordenado desde la Casa Blanca. Casi parecía que don Ken se debatía entre defender los intereses del gobierno que representa o culminar su conferencia con un sonoro “¡es un honor, estar con Obrador!”
Nos cuentan que la consejera electoral Claudia Zavala trae bajo el brazo una propuesta innovadora para evitar la sobrerrepresentación artificial de Morena y aliados, lo que no es de sorprender ya que en procesos pasados se ha pronunciado en contra de los acuerdos de asignación de plurinominales, al considerar que hay una distorsión en la representación de fuerzas políticas. A pesar de ser la única oposición a este tema en el INE, nos comentan que la consejera no alcanzaría los seis votos necesarios para que se apruebe hoy en el Consejo General, aunque ya sobre la mesa, en la sesión se dirá la última palabra.
Nos platican que en el Inai y otros órganos autónomos que están a punto de desaparecer a manos de la locomotora morenista de la próxima legislatura, queda una última esperanza, pues luego de que la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, dijo que la reforma para eliminar a los autónomos no es tan prioritaria como la judicial, surgieron voces para plantear que se posponga. Esta misma mañana, a unas horas de que se inicie la dictaminación, la presidencia de la Comisión de Puntos Constitucionales en San Lázaro preguntará a los coordinadores parlamentarios si se vota hoy o se aplaza. Será antes de las 11 horas cuando se sepa si les darán a los autónomos una bocanada de oxígeno de última hora.
Nos cuentan que hay preocupación en lo que queda del PRD y en general en la oposición en el Senado porque los dos senadores que ganaron un escaño por el sol azteca, la michoacana Araceli Saucedo y el tabasqueño José Chavo Herrera, nomás no aparecen a registrarse y, lo que es peor, ya ni siquiera le contestan la llamada en el caso de Chavo, a su mentor, el también legislador Juan Manuel Fócil, y tampoco han pedido apoyo al coordinador saliente, Miguel Ángel Mancera para realizar el trámite. ¿Se mantendrá el optimismo expresado después de la elección por el dirigente perredista Jesús Zambrano de que doña Araceli y don José resistirían los “cañonazos” del oficialismo?