Nos cuentan que a los diputados de Morena se les hizo engrudo el atole por las prisas de aprobar todos los dictámenes de las iniciativas del presidente Andrés Manuel López Obrador. En un dictamen que aprobaron la semana pasada, añadieron en una reserva que el Instituto Federal de Telecomunicaciones sería el encargado de dar las concesiones de ese ramo y el de la radiodifusión, pero ayer avalaron otro dictamen para desaparecer a los órganos autónomos, entre ellos al Instituto Federal de Telecomunicaciones. O no leyeron lo que aprobaron o simplemente no les importó, al cabo que ya será problema de la nueva legislatura y su aplanadora guinda, ver cómo sacan adelante las reformas que con tanto ahínco impulsó el mandatario en el último suspiro de su sexenio.
El próximo lunes, dos magistrados acudirán ante la Corte Interamericana de los Derechos Humanos en Washington para entregar una carta a nombre de más de mil de sus compañeros para exponer que la elección de juzgadores por voto universal tiene el propósito de acabar con la independencia del Poder Judicial mexicano. Nos hacen ver que quizá pronto la CIDH también se pronuncie sobre el paro y sus motivaciones y que la tensión ya no sólo sea con los gobiernos de Estados Unidos y Canadá —que abiertamente señalan los riesgos que implican esos cambios—, sino con organismos internacionales de los que México es integrante.
Nos cuentan que durante la gira de ayer del presidente López Obrador por San Luis Potosí, para inaugurar la carretera Ciudad Valles-Tamazunchale, a la secretaria de Seguridad y próxima secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, le pusieron otro cargo en la mesa. Al llegar al acto público, desde las gradas la recibieron con gritos de “¡Gobernadora, gobernadora!” Todavía no llega la funcionaria a Bucareli para incorporarse al gobierno de la presidenta electa Claudia Sheinbaum y ya la andan promoviendo para la gubernatura del estado en que nació. ¿Será que le interese en el futuro? La gestión del actual mandatario estatal, Ricardo Gallardo, termina en 2027.
Nos cuentan que el director de Materiales Educativos de la Secretaría de Educación Pública, Marx Arriaga, normalmente muy activo en su cuenta de X para responder a sus críticos, que no son pocos, se mantuvo callado ante el raspón que le dio el ahora capitán zapatista Marcos, antes conocido como subcomandante, en su comunicado de reaparición en la discusión pública. El reaparecido “Sup”, hizo una especie de balance del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, a quien comparó nada menos que con Gustavo Díaz Ordaz y Carlos Salinas de Gortari. De refilón, se refirió despectivamente a don Marx. Nos recuerdan que el funcionario es muy dado a responder en X a políticos, académicos y empresarios que se refieren públicamente a su singular papel en la SEP, pero en esta ocasión no dijo ni pío.