“Señoras y señores, la reaprehensión de este criminal y su cómplice, es resultado de un profundo trabajo de inteligencia, investigación y coordinación entre las distintas instituciones de seguridad del Gobierno de la República”, dijo casi al final de su conferencia el 9 de enero de 2016 quien era Procuradora General de la República, Arely Gómez González. Se refería a la tercera y última captura de Joaquín Guzmán Loera, sucedida un día antes en Los Mochis, Sinaloa.
En el sexenio del priísta Enrique Peña Nieto el Chapo Guzmán fue capturado en dos ocasiones. La primera vez en 2014 cuando el procurador era Jesús Murillo Karam y el narcotraficante había escapado del penal de Puente Grande, Jalisco, en 2001. Murillo, preso en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador por las investigaciones del caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Iguala, Guerrero, dijo a propósito de la captura de Guzmán en Mazatlán, Sinaloa, que esa reaprehensión había sido producto de una operación orquestada con las fuerzas armadas, con inteligencia e información recabada en investigaciones ministeriales.
Pero en julio de 2015 Guzmán Loera volvió a escapar de prisión. Murillo ya no era procurador general de la República, esa posición la ostentaba Arely Gómez González, y seis meses después de la evasión de película a través de un narcotúnel que llegó hasta la zona de baños de la celda del Chapo en el penal del Altiplano en Almoloya de Juárez, el capo fue capturado por tercera y última ocasión, el 8 de enero de 2016. En razón de ello, al día siguiente Gómez González dio una conferencia de prensa en el hangar de la PGR en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, y expresó las palabras que dan inicio a este texto. La recaptura había sido producto de un trabajo “de inteligencia, investigación y coordinación”.
Un año después en enero de 2017, Joaquín Guzmán Loera sería extraditado a los Estados Unidos donde en 2019 fue llevado a juicio y finalmente sentenciado a cadena perpetua en la prisión Supermax ADX Florence en la zona rocosa del estado de Colorado.
La historia viene al caso porque era la PGR, hoy la FGR, la encargada de combatir, investigar y perseguir a quienes cometen delitos contra la salud, a los narcotraficantes pues, entre otros crímenes del código federal cuya responsabilidad está en su fuero. En ambas ocasiones a propósito de las reaprehensiones de Guzmán, los dos titulares de la PGR, como corresponde, ofrecieron conferencias de prensa para ahondar en los detalles de las investigaciones que llevaron a la captura del Chapo… lo que no ha sucedido desde 2019 cuando la PGR se transformó en la Fiscalía General de la República, además con autonomía al gobierno central del cual solía formar parte la PGR en el gabinete ampliado.
Alejandro Gertz Manero, el primer fiscal general de la República, pasó de ser el fiscal ausente, al fiscal invisible, al fiscal inservible, al fiscal irresponsable.
Ni en la captura/liberación de Ovidio Guzmán López en octubre de 2019, ni en la captura final de Ovidio Guzmán López en enero de 2023, ni en la captura de Joaquín Guzmán López e Ismael Zambada García, el Mayo, el 25 de julio de 2024, la FGR ha tenido participación alguna, y mucho menos su titular, Alejandro Gertz Manero, ha salido a dar una conferencia de prensa para explicar cómo fue la captura, la investigación y las causas penales que se tienen contra el cofundador del cártel de Sinaloa despuesto hace unos días en territorio norteamericano luego de su aprehensión.
Quienes han salido a intentar explicarse, más que explicar a los demás, la aprehensión han sido la secretaria de seguridad, Rosa Icela Rodríguez, y el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ambos con una serie de desafortunadas declaraciones que solo revelan que el gobierno mexicano no fue convidado a la investigación de las autoridades de los Estados Unidos, ni fueron invitados a participar en coordinación, ni puestos al tanto del operativo que se llevaba a cabo y que culminó con la detención del capo del cártel de Sinaloa, Ismael Zambada, quien por casi 50 años, gozó de impunidad en territorio mexicano.
Gertz Manero, el fiscal invisible, no ha salido en 14 días transcurridos a la aprehensión del Mayo, a informar a los mexicanos sobre las investigaciones; en este caso aplican oficialmente la presunción de inocencia del sistema de justicia penal actual para mantener todo en secreto, especialmente cuando se trata de delitos contra la salud y de narcotraficantes, porque cuando persiguen a políticos o ex funcionarios, la información sí fluye, es filtrada o dada a conocer por terceras personas.
El fiscal invisible, que no aparece en escena, particularmente en los casos de narcotraficantes y criminales organizados que se supone está investigando, podría en cualquier momento a partir de la detención en los Estados Unidos de Ismael Zambada García, solicitar a aquel país, de manera formal, la extradición del capo a México, pues por lo menos, se dio cuenta en un reportaje del semanario ZETA, el Mayo cuenta con seis causas penales ante la justicia mexicana, la más antigua data de 1998 y la más reciente de 2021, y en todos los casos, existe una orden de aprehensión: Causa penal 12/98 del Juzgado Quinto de Distrito de Procesos Penales Federales en Ciudad de México. Causa penal 50/200 del Juzgado Quinto de Distrito de Procesos Penales Federales en el Estado de México, con residencia en Toluca. Causa penal 216/2011 del Juzgado Sexto de Distrito del Estado de Sonora, con residencia en Hermosillo. Causa penal 118/2015 del Juzgado Primero de Distrito del Estado de Sinaloa, con residencia en Culiacán. Causa penal 30/2014 del Juzgado Cuarto de Distrito de Procesos Penales Federales en el Estado de Jalisco, con residencia en Puente Grande. Causa penal 583/2021 del Juzgado Especializado en el Sistema de Justicia Penal Acusatorio, del Centro de Justicia Penal Federal en el Estado de Sonora, con residencia en Hermosillo.
Aunque, y es evidente, la FGR que titula Gertz Manero, no lo estaba persiguiendo para detenerlo, y como a la presidencia de la República, seguramente al fiscal invisible, si acaso reacciona aun a los acontecimientos actuales, también le habría sorprendido la captura en territorio estadounidense.
Pero más allá del fiscal ausente de la FGR, invisible en la procuración de justicia y evasivo en el combate al narcotráfico, lo importante es saber si a partir del 1 de octubre, cuando tome posesión la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, esta permitirá la permanencia a la cabeza de la Fiscalía, de un hombre que no acude a la misma, que no da la cara por la justicia, y que parece no estar presente ni operar a favor no solo de la justicia sino también de la seguridad del País.
Con esa decisión, sea la renuncia de un presuntamente enfermo, y por lo tanto ausente, Alejandro Gertz Manero, o la intervención de la presidenta para transformar la titularidad de la FGR, se sabrá que depara en el próximo sexenio la procuración de justicia, porque en el presente, nada; los abrazos al crimen acabaron con la inteligencia policíaca, la investigación, la operación y la acción contra los delincuentes en perjuicio de la sociedad.