El gobernador de Sonora, según reportes periodísticos, mueve resortes de poder al cabildear con sus colegas de Morena en busca de apoyo para su presunto favorito en la sucesión militar, el general Ricardo Trevilla. De ser cierta la versión, aquí surgen unas preguntas: ¿Por qué, para qué y bajo órdenes de quién?
Bueno, Alfonso Durazo podría ser operador del aún presidente López Obrador. El rival de Trevilla, el supuesto favorito Gabriel García Rincón, cuenta con el respaldo del próximo secretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch, y por ende, se supone, de Claudia Sheinbaum.
El punto es que de acuerdo a esos trascendidos, Durazo desarrolla un rol clave en la sucesión de la Secretaría de la Defensa Nacional, en tiempos complejos por las tensiones entre Estados Unidos y México. Las diferencias fueron con el embajador Kent Salazar, pero ahora la bronca es con todo el Departamento de Estado. Y aparte el conflicto tuvo la virtud de unir a unos enfrentados demócratas y republicanos inmersos en su propia sucesión presidencial.
El presunto candidato de Durazo se supone cuenta con el apoyo del general Salvador Cienfuegos, un verdadero poder en la estructura militar, y de otros altos mandos castrenses. Ellos van contra García Rincón, el supuesto favorito del Pentágono y otras agencias estadounidenses de tres letras, como la DEA, con quien AMLO ha mantenido conflictos constantes.
¿Qué ganará Durazo en este complejo proceso?
Mucho, pero también el riesgo es fuerte.
Claro, de ser cierta la especie de su cabildeo.
Bueno, esperemos que el riesgo no incluya el futuro presupuestal del Estado de Sonora.
Hay que estar en buena sintonía con las fuerzas armadas, para lo que se pueda ofrecer.
Nunca se sabe hasta qué punto se podrían necesitar los fusiles en los complejos tiempos por venir, que fácilmente se tornarían violentos.