Una semana después del atentado en Pennsylvania, el expresidente Donald Trump pronunció un discurso en Grand Rapids, Michigan, ya como candidato presidencial republicano, en el que incluyó descalificaciones contra Marcelo Ebrard por el papel que jugó en las negociaciones que llevaron al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador a desplegar elementos de la Guardia Nacional en la frontera para contener la migración.
“Es un individuo con un coeficiente intelectual bajo. Toma su coeficiente intelectual, te lo garantizo, está por debajo de 50 o 60”, dijo Trump sobre Ebrard, al recordar el encuentro que sostuvieron entre el 2 y el 7 de junio de 2019 en Washington, a donde acudió el entonces secretario de Relaciones Exteriores con el objetivo de desactivar la amenaza del republicano de aplicar aranceles a las importaciones mexicanas.
Trump relató este sábado ante sus simpatizantes en Michigan, que en aquel encuentro planteó a Ebrard que el gobierno de López Obrador debía desplegar 28 mil soldados en la frontera para contener la migración hacia Estados Unidos o aumentaría los aranceles a los productos provenientes de México.
Aseguró que “el caballero que representa al presidente (Ebrard) (…) dijo: ‘Me gustaría discutir esto con el presidente’. Y le respondí: ‘Tiene cinco minutos porque tengo que irme, tengo algo mucho más importante que hacer’”.
Y siguió el realto: “Volvió y dijo: ‘Señor presidente, nos encantaría darle soldados para proteger su mundo, de forma gratuita, por supuesto”.
Tras esto, dijo ufano: “Nos dieron todo lo que quería, obtuve todo de México y de esta persona estúpida, de bajo coeficiente intelectual. Es un individuo con un coeficiente intelectual bajo. Toma su coeficiente intelectual, te lo garantizo, está por debajo de 50 o 60 puntos”.
Trump también se lanzó contra Joe Biden, al señalar que la campaña del demócrata lo describe como una “amenaza para la democracia” y sentenció: “La semana pasada, me llevé un balazo por la democracia”, y después se desligó del ‘Proyecto 2025’ al que esta lo asocia, calificando a sus creadores de “derecha radical” y “extremista”.
Pasó entonces a proponer una encuesta sobre qué candidato demócrata es “mejor si queremos ganar”: el nombre de la vicepresidente Kamala Harris fue recibida con abucheos, y el del presidente Biden con vítores. “No creo que tengamos que ir mucho más lejos”, apostilló.
“En este mismo momento, los jefes del Partido Demócrata están frenéticamente intentando derribar los resultados de las primarias de su propio partido para sacar a Joe Biden de las papeletas”, comentó, mofándose más tarde de que el partido “no tiene ni idea de quién es su candidato”.
También capitalizó la débil actuación de su oponente en el debate de finales de junio, tras el cual empezaron las presiones de líderes demócratas para que Biden abandone la carrera presidencial: “¿Quién ganó el debate, Biden o Trump?”, preguntó, suscitando gritos con su apellido.
“Este es un hombre enfermo, débil y patético que no puede presentarse a unas elecciones”, declaró con dureza.