Hombre blanco. 20 años. Natural de Bethel Park (Pensilvania), localidad situada a unos 60 kilómetros del lugar de los hechos. De nombre, Thomas Matthew Crooks. La ficha policial del sospechoso del atentado a Donald Trump de este sábado por la tarde en un mitin del expresidente en la pequeña ciudad de Butler fue poco a poco completándose en las horas siguientes al intento de asesinato. …
Entre los datos llamativos que emergieron está el hecho de que el listado de votantes estatales lo tiene registrado como simpatizante republicano. En las elecciones del próximo 5 de noviembre, Crooks estaba llamado a participar por primera vez en unas presidenciales; en las últimas aún era menor de edad. Tras el tiroteo, en el que Trump resultó herido leve, los francotiradores del servicio secreto lo mataron. Además, un asistente al acto electoral murió inmediatamente y otros dos quedaron en estado crítico.
No se sabe mucho aún de su historia ni a ciencia cierta qué lo motivó a subirse a la azotea de un edificio y abrir fuego sobre un expresidente en campaña para regresar a la Casa Blanca. Sí han trascendido ciertos indicios, todavía no concluyentes, de que su filiación republicana era reciente.
Según los pocos datos que se conocen sobre su historia, Crooks tenía 17 años cuando donó 15 dólares (13,7 euros) a ActBlue, un comité de acción política que recauda dinero para políticos demócratas y del espectro de la izquierda, según los registros de la Comisión Federal Electoral de 2021, citados por Reuters. La donación estaba destinada al Proyecto de Participación Progresista, un grupo nacional que moviliza a los votantes demócratas para que acudan a las urnas.
Crooks se graduó en 2022 de Bethel Park High School, según el medio local Pittsburgh Tribune-Review. Recibió un “premio estrella” de 500 dólares de la Iniciativa Nacional de Matemáticas y Ciencias, según el citado periódico.
La identificación de Crooks no fue inmediata tras el intento de atentado. No llevaba consigo ningún documento de identidad, según informaron las autoridades, e hizo falta recurrir a otros métodos. Las autoridades, que ofrecieron una rueda de prensa conjunta entre el FBI y las policías locales y estatales en la que compartieron escasa información, desconocen aún el móvil que llevó a Crooks a atentar contra el expresidente. Su padre, Matthew Crooks, de 53 años, declaró a la CNN que aún estaba tratando de descubrir qué sucedió y dijo que esperaría hasta hablar con las autoridades antes de contar nada sobre su hijo.
El tirador disparó desde un tejado de un edificio industrial cercano, situado a unos 120 metros del estrado en el que estaba hablando el expresidente en uno de los mítines que acostumbra a dar cada fin de semana en cualquier rincón del país. Crooks apuntó desde fuera del recinto, así que no tuvo que pasar por los arcos de detección de armas, parecidos a los de un aeropuerto, que se despliegan habitualmente en los actos electorales de Trump. Un testigo aseguró a la BBC que advirtió a la policía de la presencia del sospechoso durante varios minutos, y que los agentes tardaron en intervenir.
En los vídeos tomados por los asistentes se puede contemplar a miembros del servicio secreto apostados sobre una estructura respondiendo a los disparos del tirador. El intercambio comenzó a eso de las 18.10. Fue en ese momento en el que el expresidente reparó en el que los sonidos secos que se escucharon repentinamente correspondían a una salva de balas, se llevó la mano a la oreja, se echó al suelo para resguardarse tras el atril y los agentes encargados de su seguridad se tiraron encima de él para proteger la vida de Trump con sus cuerpos. A los pocos segundos, que se hicieron eternos, lo pudieron poner a resguardo en el coche blindado en el que se desplaza habitualmente, réplica del que usaba cuando era el inquilino de a Casa Blanca.
Minutos después, un portavoz del expresidente dijo que este estaba “bien”. Pasó un reconocimiento en un hospital cerca del lugar del mitin. A las cuatro horas del atentado, Trump dio su versión a través de Truth, su red social: “Recibí un disparo de bala que me atravesó la parte superior de la oreja derecha. Supe inmediatamente que algo iba mal porque oí un zumbido, disparos, e inmediatamente sentí la bala rasgando la piel. Sangraba mucho y entonces me di cuenta de lo que estaba pasando”, escribió.
En las horas siguientes al intento de atentado, que estuvieron llenas de confusión, también circularon por las redes fotografías del cadáver del sospechoso sobre el tejado tras ser alcanzado por los disparos de los agentes, que luego recuperaron un fusil semiautomático del tipo AR-15, el arma más usada en los tiroteos masivos que se suceden cotidianamente por todo el país.