Nos dicen que, la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, está diseñando un ajuste en la estructura del gobierno federal con el objetivo de aplicar una mayor austeridad durante su administración. Nos cuentan que en los últimos días se ha reunido con Raquel Buenrostro, próxima secretaria de la Función Pública, para analizar y reorganizar la estructura de la administración pública, ya que el objetivo principal es echar a andar la Agencia de Transformación Digital, propuesta que forma parte de su programa de gobierno, y que fue una de sus promesas de campaña. Nos dicen que muchas dependencias públicas hoy sufren incluso carencias esenciales derivadas de la política de austeridad del actual gobierno, por lo que ven muy poco espacio para mayores ahorros.
Y a propósito del ajuste en la estructura del gobierno federal que planea la nueva presidenta, nos dicen que en el equipo de Claudia Sheinbaum están muy pendientes para ver si Javier Corral sale limpio de las acusaciones de presuntos actos de corrupción, y si es conveniente que el exgobernador panista de Chihuahua dirija la Agencia Federal Anticorrupción, ya que aseguran que la idea de crear esta dependencia fue del propio Corral. Por el momento, don Javier se integrará a la bancada de Morena en el Senado de la República, y la única que tendrá la batuta en el tema de combate a la corrupción será Raquel Buenrostro, próxima secretaria de la Función Pública.
Mañana, la Comisión de Fiscalización del Instituto Nacional Electoral (INE) se reunirá para discutir las sanciones por irregularidades en las campañas de elecciones federales y locales. Nos dicen que se espera un buen jaloneo en las sanciones relacionadas con la elección presidencial y Congreso. Sin embargo, las cifras no serán definitivas hasta que se discuta en el Consejo General, la última semana de julio. Hasta entonces se verá cuál fue el partido más multado de la pasada elección, y de qué tamaño serán las sanciones.
Nos platican que dentro del Instituto Nacional de Acceso a la Información (Inai) se instaló una expoboutique en la que se ofrece una amplia variedad de ropa, sombreros, y otros accesorios de moda. Lo anterior ya generó la molestia de empleadas y empleados, quienes afirman que el instituto, ya de por sí descalificado desde Palacio Nacional, está pasando de ser un lugar serio a una plaza comercial. Nos cuentan que el argumento oficial es que se trata de un acto de atención a artesanos quienes pidieron, con oficio en mano, permiso para vender sus productos. Lo cierto es que más de uno está molesto con ese detalle.