Octavio Romero destinará alrededor de 4000 millones de dólares para la refinería de Dos Bocas y esto genera tensión en el sector petrolero porque eran fondos que hasta hace un mes se previa que serían destinados a paliar el pasivo que arrastra Pemex con diversos proveedores.
En ciertas empresas el clima es de zozobra porque algunos prestadores de servicios habían reportado a sus casas matrices que Pemex reduciría la deuda que actualmente ronda los 22 mil millones de dólares. El pasivo total de la empresa estatal supera los 100 mil millones de dólares.
Romero se había comprometido con las empresas, pero, según pudo conocer LPO, recibió la orden de Andrés Manuel López Obrador de destinar los recursos a la refinería. Con este desembolso el costo de Dos Bocas llega hasta los 21 mil millones de dólares y, se estima, podría trepar hasta los 24 mil millones de dólares.
El panorama de Dos Bocas es desolador: Romero decía que este mes de julio la refinería iba a procesar 117 mil barriles de crudo por día. La refinería casi no produce y Romero ahora dice que lo esperen hasta agosto.
Una realidad ineludible: Romero se quiere quedar en Pemex en el gobierno de Claudia Sheinbaum. Lo impulsan en esa dirección los directivos que gozan de su confianza como Marcos Herrerías, Miguel Ángel Lozada y el CFO Alberto Velázquez.
Sheinbaum rechaza, de momento, cualquier atisbo de continuidad, especialmente, porque conoce que Rogelio Ramírez De la O comparte esa idea y ha condicionado su continuidad en la Secretaría de Hacienda a la decisión de influir en el director de Pemex. Ramírez De la O desprecia a Romero y a su camarilla y lo culpa de un frente financiero descontrolado en un mundo en el cual las empresas petroleras han incrementado sus utilidades.
El tema Pemex no agrada a la futura presidente. Hace dos meses tuvo una reunión con Romero y Andrés Manuel López Obrador en Minatitlán. A la salida de esa reunión le dijo a su círculo primario: “En CFE habrá muchas oportunidades, habrá soluciones, pero en Pemex solo habrá problemas”.