Fue una plática informal. Un desayuno de Alito con caricaturistas, moneros, reporteros y columnistas en el CEN del PRI. Se dijeron cosas fuertes. Aguantó, reviró, descalificó. No hubo modo de que admitiera que su reelección por ocho años –“12”, me corrigió– es un error.
Se les fue encima a sus críticos dentro del partido. Sauri, Labastida, Beltrones, Nuño, a los exgobernadores, expresidentes del partido, exsecretarios de Estado, exlegisladores que le pidieron aplazar la Asamblea Nacional. Pero ni caso.
“El lastre del PRI son ellos. Pensé que ya habían fallecido”, dijo metafóricamente.
“Don Beltrone es un don nadie”, fue otra de las frases que llamó la atención. Volvió a sacar el tema del asesinato de Colosio y el nombre de Manlio en la carpeta de investigación. Labastida y el Pemexgate…
“¿Quieren pelear? Yo soy un perro de pelea”, reta.
¿Reelección? “Mariano Palacios Alcocer se reeligió”.
¿Alianza con el PAN? “Hay que revisarla”.
¿Purga (a sus críticos)? “No aguantan ni el uno por ciento de lo que me dicen a mí…Todo el mundo me madrea, en algún momento me voy a cansar”.
Al inicio de la charla se le salió que Manuel Añorve, actual coordinador de la bancada del PRI en el Senado, se queda en el cargo. Luego corrigió. “Yo no dije eso”, aseguró. “Eso lo deciden los senadores del partido”.
Le conté lo que me dijo un panista fuera de grabadora: ¿Si al final les faltan dos escaños para alcanzar la mayoría calificada en el Senado y hay traiciones, serán de legisladores del PRI.
Quiso saber el nombre. Respeté el off the record.
“No creo que rompan el trabajo del grupo parlamentario”, respondió.
Hoy es el Consejo Nacional del otrora partidazo. Se va a elegir el método de elección de la dirigencia. ¿Quién cree que se va a quedar en la presidencia? ¡Adivinó! Es usted muy perspicaz.
*Los hechos desbaratan los discursos mañaneros, los “otros datos”. ¿Cuál represión a la prensa? se ha preguntado el Presidente. “En México se respeta la libertad de expresión”, asegura.
El informe de Artículo 19 México y Centro América, titulado Derechos pendientes: informe sexenal sobre la libertad de expresión y el derecho a la información en México, responde a la pregunta de AMLO:
Del 1 de diciembre del 2018 al 31 de marzo del 2024 fueron registradas tres mil 408 agresiones contra la prensa, incluidos 46 asesinatos y cuatro informadores desaparecidos.
Artículo 19 refiere que el Estado mexicano es el principal agresor, con mil 559 ataques. Le siguen empresas, 673, delincuencia organizada, 28, y partidos políticos. En las mañaneras se tienen documentadas 179 agresiones. 62% más que con Peña Nieto.
Las palabras que Héctor Martínez Jiménez, alias El Bart, le dijo a Saskia Niño de Rivera son un claro reflejo de lo que los sicarios piensan de asesinar periodistas. El hombre que intentó matar a Ciro Gomez Leyva dijo:
”Cuántos periodistas han matado y no ha pasado nada, no han agarrado a nadie. Mi idea era: muerto, libre y con dinero. Ése era mi pensamiento. Lo mato, me voy a donde me tenga que ir, me escondo un rato mientras que se enfrían las cosas, coronado y ya, tan tan, lo que siga. Ésa era mi idea, yo me lo imaginaba en su camioneta en una sábana blanca”, señaló.
Palabras de un sicario cínico que se siente cobijado por la impunidad. Si lo hubiera asesinado, piensa, el caso estaría cerrado. Pero Ciro está con vida “haciendo su pancho”, dijo.
*No es una sorpresa que AMLO le haya cerrado la puerta al diálogo directo a Norma Piña, presidenta de la SCJN. Siempre ha sido igual. Sólo obedece a su criterio. La ministra planteó ayer los graves riesgos que conlleva la reforma al Poder Judicial Federal si se aprueba en sus términos.
La ministra dijo que lo peor que puede hacerse es hacer pensar que la solución está en el cese automático de jueces, magistrados y ministros, a los que califica de corruptos al servicio del crimen organizado y de cuello blanco.
Advierte también que si la reforma se aprueba en sus términos no llegarán los más capaces, sino los más populares. Los que supieron relacionarse con los grupos del poder.
Pero eso AMLO no lo ve. Para él es fundamental que los juzgadores sean electos por el pueblo. De paso, el Presidente rechazó dialogar directamente con Norma Piña. Delegó esa tarea en Luisa María Alcalde, secretaria de Gobernación.
“Yo no tengo ya nada que ver en esto. Ya entregué mi iniciativa, de acuerdo a mis facultades. Y estoy convencido que hace falta la reforma al Poder Judicial”, dijo.
Y repitió el estribillo: “Me molesta mucho de que durante bastante tiempo se estuvo protegiendo a jueces corruptos y se dio libertad a gente que debía estar en la cárcel; se protegía, se protege todavía a delincuentes del crimen organizado y a delincuentes de cuello blanco”.