¿Se podía estar peor? Sí. Si algo hemos aprendido es que a cada ocasión que se dice “no podemos estar peor”, los obradoristas/los claudistas (da igual) nos demuestran lo contrario.
Obviamente lo anterior no lo escribo de consuelo. Todo lo contrario. La perspectiva de la educación en México para las siguientes generaciones es deplorable. Ello independientemente de que Mario Delgado, recién designado secretario de Educación Pública, dure como titular el sexenio completo.
No estoy siendo fatalista. El sistema educativo nacional, que debiera ser pilar de la República, pinta para volverse aún más ideológico, más partidista y absolutamente obsoleto (y eso que con Mario Delgado la educación podría terminar siendo un poco menos ideologizada de lo que hubiera sido con un radical a ultranza de Morena. ¡Pululan peores opciones!)
Lejos está aquella escuela pública que formaba gente que pensaba en el desarrollo social y el futuro de los mexicanos.
Habría que entender que se ha perdido como país no solo una oportunidad, sino LA oportunidad fundamental de hacer de la educación la palanca de desarrollo de México, la oportunidad para millones de mexicanos de mejorar sus condiciones de vida. De hacerse de una estrategia para el siglo XXI; una que impulse en educandos pero también en docentes, la interrogante, la innovación y usar la cabeza —y otras herramientas— para salir adelante.
Las columnas más leídas de hoy
LA oportunidad de aprender sin ideologías, sin limitantes, sin fobias ni manías.
La SEP se ha convertido en el premio al buen desempeño electoral (y si me presionan, el “buen desempeño electoral” no se debe a Delgado), a administrar los dineros del Estado para hacerse de clientelas y mantener al margen a sindicatos y estructuras de alguna forma ligadas al sector educativo. Pero también al olvido de las finanzas relativas a la línea 12 del Metro… Es un premio para quien perteneció a la secta de NXIVM de Keith Raniere (dicho por el mismo fundador); para quien es acusado por miembros de Morena de venta de candidaturas y señalado por otras linduras ligadas al huachicol.
Es trágico que tan poca cosa se piense y se considere de la educación en este país.
Mario consolidará y gestionará, vía la enorme bancada de Morena en el congreso, una propuesta educativa. Igual que lo hizo en su momento con la propuesta de reforma de Peña Nieto, pero ahora en sentido estrictamente inverso. La educación con un carácter ni pertinente ni globalizado, indisolublemente atada a los aspectos sindicales, así como a los contractuales del magisterio. Y ni siquiera por eso mejorará la vida de los maestros…
Pobre juventud, pobre México. Un país que no se permite salir adelante.
Giros de la Perinola
– Ojalá que ahora como secretario de la SEP, Mario Delgado, procure dar mejores ejemplos a los jóvenes de México y le pague a don Marco Antonio, artesano ebanista, la cantidad devengada por lo que le mandó hacer y no recogió.
– El pasado 24 de junio, en la Rayuela de La Jornada apareció: “¿Quién es ese hombre que coordino con Claudio X. González la aprobación a la reforma educativa de Peña Nieto en el Senado? No se vaya a estar pensando en él para dirigir la educación de este país.” Pues sí, fue él, para dolor —y malabares— de muchos morenistas del ala dura. El colmo sería que él implementase otra vez aquella reforma tan odiada por la 4t. Obvio no. La que hará es consolidar a la Nueva Escuela Mexicana. Enterrar el potencial de la educación.
– La intransigencia de la 4t. El Fisgón y Mario Delgado combaten la cuenta en X de La Catrina Norteña, connotada tuitera pro López Obrador. Mostrando una obsesión y ceguera en contra de quien señala los yerros de la 4t, ahora se dedican a fustigarla. Prefieren hacer eso que aceptar su error o al menos el tratar de explicarlo. ¿La exclusión e intransigencia serán ahora materias impartidas por Delgado?
– Entre los integrantes del gabinete de Claudia Sheinbaum hay otras manzanas podridas, pero por la gravedad que implica, por el daño inconmensurable, hoy me he detenido a escribir exclusivamente sobre la designación para la cartera de Educación.