Mientras Alejandro Moreno avanza en su proceso de reelección como presidente del PRI, nos hacen ver que tres magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación están dando largas a las impugnaciones de los expresidentes priistas contra la reelección de don Alito. Pese a que los proyectos ya fueron presentados para su votación en sesión privada, en los que proponen reencauzar al PRI y al INE respectivamente, solo han emitido su voto Reyes Rodríguez y Janine Otálora. Mientras que sus pares, Felipe de la Mata, Felipe Fuentes, y la magistrada presidenta Mónica Soto no se han pronunciado por lo que siguen parados esos acuerdos. Mientras don Alito se registró ayer para buscar su reelección, misma que parece inminente.
Hace una semana le dimos a conocer que el Instituto Nacional de Transparencia (Inai) instruyó a Presidencia de la República a buscar en todas sus áreas el nombre del artista que pinta o pintó al presidente Andrés Manuel López Obrador para el cuadro que se colgará, como marca la tradición, en la Galería de los Presidentes de Palacio Nacional, la dependencia federal acaba de confirmar que de plano no encontró esta información pública. Nos indican que la Presidencia de la República, incluida la Secretaría Particular del presidente, afirmó que tras realizar “una búsqueda exhaustiva y minuciosa” en todos sus archivos físicos y electrónicos, no encontró el nombre del artista ni el monto económico pagado por la obra. El secreto sobre el nombre del autor, y costo de la obra, se suma a decenas de solicitudes de información en las que la Presidencia de la República ha respondido que no encuentra la información requerida. ¿Dónde quedó el lema presidencial de que “la transparencia es la regla de oro de la democracia”? Al parecer, la opacidad es crónica en Palacio Nacional.
Nos comentan que el expresidente Vicente Fox irá a Venezuela a apoyar a María Corina Machado, opositora del presidente Nicolás Maduro, de cara a la elección que se vivirá en ese país el próximo 28 de julio. Nos hacen ver que el expanista asistirá como observador, pero es de todos conocido que don Vicente no se guarda sus opiniones contra el actual régimen venezolano y que en cualquier momento puede realizar alguna declaración que afecte más que ayude. Basta recordar que en la elección presidencial de México “apoyó” a Xóchitl Gálvez, quien de plano le pidió que mejor no lo hiciera. Don Nicolás, nos dicen, ha de estar con ansias y frotándose las manos esperando que Fox aterrice en Caracas.
Uno de los primeros desafíos que enfrentará en octubre la nueva administración en la Secretaría de Relaciones Exteriores, no será el de la relación con Estados Unidos y quién será el futuro presidente o presidenta de la vecina nación, sino el deterioro de las instalaciones del edificio de la Cancillería que, según nos comentan, sufre los estragos del austericidio de la autollamada Cuarta Transformación, que no ha dejado de lado el mantenimiento del inmueble. Un ejemplo, nos comentan algunos diplomáticos que trabajan en el inmueble, es que la mayor parte de los elevadores se encuentra fuera de servicio, y en algunos lugares hay lámparas fundidas o titilantes. La pregunta que se hacen es cómo le hará el nuevo gobierno para dar un mantenimiento correcto a la sede de la diplomacia mexicana, si se ha anunciado que habrá continuidad en las restricciones presupuestales.