Norma Piña se ha ganado mi respeto. Las feroces críticas que el presidente López Obrador lanza permanentemente en contra de la presidenta de la Suprema Corte de Justicia no la han doblado ni amedrentado.
La ministra participó ayer en la última sesión del Encuentro Nacional para una Agenda de Seguridad y Justicia, celebrada en el Centro Cultural Tlatelolco de la UNAM.
La villana favorita de AMLO no niega que se requiere una reforma al Poder Judicial que incluya cambios a la Judicatura Nacional, pero advierte que para que realmente se ofrezcan soluciones es indispensable considerar el problema de manera integral.
“Lo peor que podríamos hacer es acelerar un diagnóstico o hacer pensar que la solución está en remover a quienes estamos enfrentando este reto como parte de un sistema, pero no es el sistema en su conjunto”, advirtió.
Eso es precisamente lo que AMLO quiere. El cese fulminante de 1,685 juzgadores en funciones el primer trimestre de 2025 para, elegir a sus reemplazos vía el voto popular.
“Si la reforma judicial se aprueba en sus términos, ya no llegará la persona más capacitada al puesto. No llegará la persona que pasó años estudiando, preparándose para opositar.
“Llegará la más popular, la que supo relacionarse con los ‘grupos de poder’ que, irónicamente, es uno de los argumentos de esta reforma. Se provocará lo que intenta erradicar”, puntualizó Piña.
* El respaldo a jueces, magistrados y ministros de la SCJN se empieza a multiplicar fuera del país.
Veintitrés exjefes de Estado o de gobierno que integran la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA) rechazaron enérgicamente cualquier intento de modificar el sistema judicial mexicano que pueda debilitar la independencia y la autonomía de los jueces, magistrados y ministros, incluido el Tribunal Electoral.
El pronunciamiento advierte que “implementar elecciones populares para la selección de estos cargos los hará depender de influencias políticas, comprometiendo la imparcialidad de sus ministros, haciéndolos presas de una justicia de opinión”.
Los 23 llaman al diálogo abierto entre todos los actores políticos y sociales de México para que aborden cualquier necesidad de reforma judicial, asegurando siempre el respeto irrestricto a los principios democráticos.
Firman, entre otros, Óscar Arias, Costa Rica; José María Aznar, España; Felipe Calderón y Vicente Fox, México; Mauricio Macri, Argentina; Lenín Moreno, Ecuador.
Pero también Mireya Moscoso, Panamá; Andrés Pastrana, Colombia; Mariano Rajoy, España; Miguel Ángel Rodríguez, Costa Rica, y Juan Carlos Wasmosy, Paraguay, entre otros.
* No, Alito, con tu reelección el PRI no volverá a ser alternativa ni vas a recuperar la confianza de los mexicanos. No leíste el mensaje de los electores en las urnas. El otrora partidazo obtuvo sólo el 11% de los votos el pasado 2 de junio. Su peor resultado.
Culpas de la debacle a tus críticos más acérrimos dentro del partido: Dulce María Sauri, Manlio Fabio Beltrones, Francisco Labastida y otros más. “¡Bola de cínicos!”, dijiste, pero no ha salido de tu boca una palabra de autocrítica.
Afirmaste en la XXIV Asamblea Nacional que con el modelo neoliberal que adoptó el PRI “nos alejaron de las maestras y de los maestros, de los médicos, de los jóvenes”.
¿No formaste parte de ese PRI?
“Hoy ratificamos nuestra posición en el centro-izquierda, socialdemócrata, progresista, que dará viabilidad a las propuestas de nuestro instituto político”, aseguraste.
Veremos.
Manlio aclaró que la suya no es una posición de disidencia, sino de congruencia. “El PRI es un partido que tiene un profundo espíritu antireeleccionista”, dijo en una entrevista con la empresa Proyecto Puente de Sonora.
* En diciembre de 1790, Robespierre propuso inscribir las palabras “Libertad, Igualdad y Fraternidad” en los uniformes y las banderas de las milicias nacionales francesas.
234 años después, el país de Víctor Hugo estuvo a punto de darle la espalda al lema que describe esos tres valores primordiales para subir al poder a la xenofobia, el racismo, al trato desigual entre binacionales y nacionales puros.
La ultraderechista Agrupación Nacional, que encabeza Marine Le Pen, hija de Jean-Marie Le Pen, ganó la primera vuelta de las elecciones legislativas con un 33.15% de los votos.
Pero en la segunda vuelta, una semana después, los franceses mandaron a la ultraderecha al tercer lugar. No decepcionaron al mundo.
El Nuevo Frente Popular, agrupamiento de izquierda, ganó la alianza de Ensamble del presidente Macron, obtuvo 182 escaños; Agrupación Nacional y aliados, 143 escaños.
Moraleja: México necesita legislar la segunda vuelta electoral.