En México hace más de una década que la violencia política viene en aumento. En Estados Unidos, desde el episodio de la irrupción en el Capitolio de simpatizantes trumpistas, la tentación de resolver las diferencias políticas por medio de la violencia ha estado acechando. Ayer se rompió el dique con el atentado contra el expresidente Donald Trump. A juzgar por las primeras reacciones en el bando republicano, incluido uno de los aspirantes a ser su compañero de fórmula como candidato a la vicepresidencia, el discurso de odio y revancha, lejos de disminuir, irá en aumento. De inmediato comenzaron las acusaciones al gobierno demócrata del ya de por sí emproblemado Joe Biden. Veremos hasta dónde llega la espiral retórica. Nos hacen ver que tal vez en nuestro país sea un buen momento para que la clase política haga un alto y opte por un discurso moderado y sereno. Seguir con la retórica de victorias épicas, derrotas definitivas, traiciones a la patria, buenos y malos, no lleva a ningún lado. ¿Será que tomen el momento?
Nos cuentan que a poco más de un mes de que concluya la presente legislatura, voces opositoras hablan de la efectividad del bloque de contención en el Senado, conformado por PAN, PRI, PRD, MC y Grupo Plural, el cual, entre otros temas presentó una acción de inconstitucionalidad ante la Corte contra las leyes de Amparo y Amnistía. Lo que no está claro es que frente a la mayoría oficialista reforzada que viene, el bloque logre mantenerse unido para tratar de resistir a la aplanadora morenista que muy probablemente tenga votos seguros suficientes para modificar la Constitución sin obstáculos. El resultado de los procesos ante la Suprema Corte incidirá en que se mantengan unidos.
Nos comentan que mañana habrá una manifestación de mujeres afuera de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), porque nos aseguran que se han presentado varios casos de acoso sexual y hostigamiento laboral e incluso de violencia de género tipificados como delitos. Lo peor de todo, nos comentan, es que las autoridades de esa institución han optado por invisibilizar las denuncias que han llegado a sus manos, minimizando la situación, negando que haya algo que atender e incluso protegiendo activamente o por omisión a las personas acusadas. Es una pena que tenga que llegarse a la protesta en las calles. Veremos si así se deciden a dar la atención debida al tema.
Aunque han pasado cinco años de que desapareció, en algunos hay nostalgia por la Policía Federal, que el presidente Andrés Manuel López Obrador extinguió por considerar que se había convertido en una corporación que “se pervirtió” y “se echó a perder”. Como cada 13 de julio, en que se conmemoraba el Día del Policía Federal, hubo quienes recordaron la fecha establecida en el sexenio de Enrique Peña Nieto, para honrar a los 12 federales asesinados en La Huacana, Michoacán, en 2009. Tal es el caso del excomisionado de la Policía Federal, Manelich Castilla, y el Consejo Coordinador Empresarial de Michoacán, que, nos hacen ver, extraña a los federales para el combate a la extorsión.