La misma piedra

Como candidato presidencial Trump -que enfrentaba a Hillary Clinton- legitimó su muro antiinmigrante e insultó a México en un discurso en la residencia oficial y dejó ver al presidente Enrique Peña inútil, pequeño, domado.

Faltaban dos meses para la elección en Estados Unidos. Nunca antes México había intentado meterse entre las patas de los caballos que corrían por la presidencia estadounidense.

La consecuencia de aquel desastre fue que Videgaray renunció a Hacienda una semana después de la visita y la secretaria de Relaciones Exteriores Claudia Ruiz Massieu, quien había protestado dentro del gabinete por la promoción del encuentro del que nunca fue informada, quedó reivindicada.

En noviembre Trump ganó la elección presidencial y en enero Peña despidió a Ruiz Massieu y colocó a Videgaray como canciller con el propósito de mantener la mejor relación diplomática posible con el nuevo presidente de Estados Unidos. Videgaray era amigo del yerno de Trump y eso, decían, facilitaría las relaciones con el magnate y Presidente.

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Marcelo Ebrard, quien estuvo a punto de romper con Morena y con AMLO por maltrato en la precampaña interna, regresó por la puerta grande al nuevo gabinete de la presidenta electa Claudia Sheinbaum.

Su designación como próximo secretario de Economía tiene el propósito de que encare la renegociación del T-MEC y ante una eventual segunda presidencia de Trump lo enfrente como, se supone, lo hizo siendo canciller.

Trump se ha encargado de vociferar que Ebrard le hizo los mandados. Este sábado 20, en su primer mitin de candidato ante seguidores de la racista y fundamentalista MAGA, así lo recordó.

La manera en que el nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum (que todavía no ejerce pero habla como si ejerciera) reaccionó ante el discurso trumpista fue completamente desafortunada. Entendió mal el discurso, le colocó el saco a Ebrard (cuando la invectiva de Trump era contra Biden) y ya abotonado lanzó mensajes en X de reto al candidato favorito para ganar las elecciones de noviembre.

Claudia Sheinbaum rechazó el lenguaje soez de Trump y Ebrard se despachó con una perorata de que lo dicho por el estadounidense le hace lo que el viento a Juárez. “No me intimida”, dijo.

Horas antes del escándalo, AMLO había dicho que Trump era “un visionario”. Como Presidente, el tabasqueño nunca ha reclamado a Trump, por el contrario, ha buscado un entendimiento sin raspones.

Pensar que los mensajes de X de Sheinbaum y Ebrard fueron un estate quieto para Trump sería algo más que ingenuo.

Habría que ver consecuencias:

· Marcelo Ebrard ya ha sido descalificado por Trump como interlocutor. En el pasado, Ebrard hizo lo que Trump quiso, según la versión del estadounidense. Una cosa es decírselo cuando Ebrard andaba en campaña interna de Morena, otra ahora que aspira a ser Secretario de Economía.

· Ebrard respondió este sábado a Trump en calidad de presunto Secretario de Economía. Podría dejar el puesto antes de arrancar, si el pleito se ahonda. No es ya el facilitador de negociaciones, si se pelea con el candidato y posible Presidente de EU.

· Claudia Sheinbaum ya lanzó su primer golpe contra Trump. No fue certero ni contundente. Un dardo gastado en medio de la confusión.

· AMLO hará todo el trabajo para deshacer el entuerto. Trump se refirió a él de manera muy respetuosa. ¿Se sumará al pleito?

· Al gobierno de Enrique Peña su error con Trump le costó desprestigio interno y externo, crisis de gabinete y cuatro meses de inestabilidad.

· Sheinbaum todavía no asume y ya abrió el conflicto. En la diplomacia siempre hay caminos para resolver los entuertos. A ver cómo corrigen.