Larry Curtis Parker es un hombre de negocios que vive en Nuevo México. Tiene una compañía de asfalto y una pasión: cazar en México. Suele volar entre Nuevo México y Sonora a bordo de su Cessna 205, matrícula N8454Z. Uno de esos viajes ocurrió este jueves, el mismo día cuando, en otro avión, Joaquín Guzmán López e Ismael “El Mayo” Zambada abordaban un vuelo hacia El Paso, donde el FBI los arrestó.
Parker me dijo que él, en cambio, estaba en Sonora para hacer unos trámites y tuvo un par de reuniones. En la mañana del jueves, subió a su Cessna y voló de regreso a casa. El día transcurrió sin contratiempos, pero en la noche, vio que alguien había posteado una noticia sobre el arresto del “Mayo” Zambada y Guzmán, con la foto de otro avión y la matrícula del suyo.
Ayer en la mañana, la cosa empeoró, cuando la secretaria de Seguridad Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, dijo en Palacio Nacional que “a las 7:55 el vuelo sale de la ciudad de Hermosillo y llega a las 10:19 este aterrizaje en el aeropuerto de Santa Teresa. Decir (sic) que se trató una avioneta tipo Cessna 205 en donde se trasladó este piloto”. Y mencionó específicamente un nombre: “El plan de vuelo indica un piloto a bordo de nombre Larry Curtis Parker, con la licencia respectiva”.
En Nuevo México, Parker comenzó a recibir llamadas de periodistas preguntándole si él trabaja para el Cártel de Sinaloa. Entró en pánico. El vuelo que mencionó Rodríguez era el suyo, pero él jura que viajó solo, que no trasladó a nadie.
“Soy un ciudadano estadounidense que disfruta cazar y pescar en México y no tengo nada que ver con esta historia (del arresto de Zambada y Guzmán)”, me dijo Parker. “Amo a la gente de México y siempre me siento seguro allí”.
Ahora, el gobierno mexicano divulgó su nombre, los datos de su avión, los vuelos que ha hecho recientemente al país. “Voy muchísimo a México, me encanta cazar allí y mis viajes son de placer. Soy solo un empresario que ama México”, me dijo.
Ahora, Parker está asustado y preocupado. No sabe si alguna vez podrá pisar de nuevo el país.
En mis años de reportería sobre el Cártel de Sinaloa, he recorrido la sierra en avionetas del mismo modelo que la de Parker. He aterrizado en pistas clandestinas. El cártel usa las Cessna, pero no para trasladar a sus grandes capos, sino para mover droga desde la sierra hasta la frontera. En cambio, como reportaron varios medios, “El Mayo” y Guzmán llegaron a Texas en un Beechcraft King Air turboprop, un avión más grande y lujoso. Encontré dos aviones que encajan con la descripción, pero sus rutas no son públicas. No sabemos a qué hora despegó ese otro avión, quién era el piloto, cuál es la matrícula ni a quién pertenece, porque el gobierno mexicano no lo divulgó. Por tanto, no tenemos muchas pistas para entender, desde el lado mexicano, cómo sucedió la increíble historia de uno de los capos más experimentados del mundo, engañado como un novato para cruzar la frontera que más ha evadido en toda su carrera criminal.
Buena parte de la prensa ha publicado una versión de fuentes oficiales no identificadas, que dice que Joaquín, el más joven y menos involucrado en el negocio de los hermanos Guzmán, negoció secretamente para ayudar a Ovidio, engañó a su padrino y logró él solo lo que en años autoridades de ambos países no consiguieron. El abogado del “Mayo” dijo a LATimes que el capo viajó a EU “contra su voluntad”.
Otras fuentes, que me pidieron que no las identifique, aseguran que Joaquín y su padrino negociaron con los estadounidenses “en la misma mesa”, Joaquín para ayudar a Ovidio y “El Mayo” para proteger a sus hijos y conseguir un tratamiento médico. En agosto del año pasado, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de Hacienda pidió información a los bancos de Joaquín y “El Mayo”, pero no de Jesús Alfredo ni Iván, los otros hijos prófugos del “Chapo”. Esto no se conocía hasta ahora.
En las próximas semanas, si la versión del engaño es cierta, veremos más violencia en el norte de México. Si es falsa, debería haber una relativa calma.
El gobierno mexicano tiene aún muchas explicaciones que dar: cómo es posible que los capos estuvieran en Hermosillo sin ser detenidos y por qué dijo que se enteró del arresto igual que todos nosotros, cuando ya todo estaba hecho. También debería aclarar quién fue el verdadero piloto que trasladó al “Mayo” y a Joaquín a Texas.