En una audiencia breve y en la que Ismael El Mayo Zambada se ha limitado a responder solo “sí” o “no”, la mañana de este viernes se realizó la primera comparecencia del narcotraficante mexicano ante las autoridades estadounidenses, en una corte de El Paso, Texas. En silla de ruedas y con un intérprete que ha proporcionado la Corte, Zambada ha escuchado la lectura de sus derechos y los delitos por los que ha sido detenido la mañana de este jueves en un aeropuerto privado de esa ciudad fronteriza, acompañado de Joaquín Guzmán López, uno de los hijos de El Chapo Guzmán.
Ismael Mario Zambada García, el veterano capo de 76 años, ha acudido a esta audiencia en silla de ruedas, como registra la transcripción de la comparecencia. En ella, la jueza Anne T. Berton, se asegura, en los primeros minutos del encuentro, de que Zambada tenga las condiciones y herramientas suficientes para entender lo que está a punto de pasar: “Necesitaremos que el Sr. Zambada esté al lado del micrófono. Si pueden moverlo, alguaciles, y bajar el micrófono… ¿Pueden moverlo a un lado y mover el micrófono? Si es necesario, podemos poner la silla de ruedas al lado del podio”, ha indicado la magistrada, según infica la transcripción, que finalmente hace que Zambada se coloque de pie ante el micrófono, y que unos momentos después da inicio al encuentro preguntando:
—¿Usted es Ismael Zambada García?
— Sí.
— ¿Pueden mover por favor el micrófono más cerca de él? Gracias.
— Sí, soy yo.
Berton ha hecho una lectura sobre los derechos a los que tiene el capo mexicano de la droga, y que incluyen la notificación formal de su captura a las autoridades “del país del que es originario”, y la información y acciones que han derivado en ella. “En esta audiencia le informaré sobre sus derechos, los cargos en su contra, la información sobre su abogado, la hora y fecha de su próxima audiencia y su situación con respecto a la fianza”, ha aclarado.
La jueza ha confirmado la acusación formal que se ha puesto en marcha a cargo del Gobierno de Estados Unidos por los delitos de conspiración para liderar las operaciones de una empresa con actividad relacionada con el crimen organizado; actividades que buscaban la distribución de sustancias controladas con marihuana o cocaína en envíos de mil kilogramos o más; posesión de armas de fuego con fines de tráfico de drogas; asesinato y tráfico de drogas.
El Mayo era requerido por las autoridades estadounidenses desde hace décadas. Su nombre aparece en al menos cinco amplias causas judiciales abiertas entre 2003 y 2016 en tribunales federales del país. En todas aparece acusado de facilitar el tráfico de cocaína y marihuana al territorio estadounidense y de heredar el imperio criminal una vez que se detuvo y procesó a Joaquín El Chapo Guzmán, quien desde 2019 purga una pena de cadena perpetua en una prisión de máxima seguridad en Colorado.
Durante los primeros momentos de la audiencia de este viernes, la jueza Berton ha hecho una pausa para insistir en que si Zambada deseaba sentarse, podía hacerlo. Después de pensárselo, uno de sus abogados, confirma que su cliente prefiere estar sentado. La salud de El Mayo ha sido uno de los temas sobre los que se ha especulado en las últimas horas y que habría sido uno de los factores por el que el capo —hasta este jueves— “intocable” habría facilitado su propia detención.
Los últimos informes de la DEA apuntaban a que el veterano Zambada estaba mal de salud. Según información de la agencia, Zambada tenía varios padecimientos que cuestionaban su liderazgo al frente del Cartel y de sus operaciones criminales. Una diabetes agravada por la falta de un tratamiento en forma —que el capo podría haber evitado para seguir manteniendo un bajo perfil— y otros problemas derivados de ese padecimiento, como dificultades de visión.
La jueza Berton ha confirmado en la audiencia de este viernes que, al menos por ahora, no hay posibilidad de fijar una fianza para el caso de Zambada. Unas horas más tarde, el narcotraficante mexicano se declaró inocente de los cargos. Según la agencia Reuters, Zambada ordenó que se presentara una declaración de no culpabilidad en su nombre, lo cual fue aceptado por la magistrada. El acusado renunció a su derecho a estar presente en la lectura de cargos el próximo miércoles, y el próximo jueves deberá comparecer ante la jueza de distrito Kathleen Cardone, que supervisará el resto del caso.