Trump aún no es presidente y Nuevo León ya es víctima de la amenaza naranja. El día de ayer, muy quitado de la pena y apenas habiéndole avisado unos días antes a su compadre —quien se encuentra de viaje con su familia en Europa—, Elon Musk anunció que —por el momento— la instalación de la mega fábrica de Tesla en el regio estado se posponía. Fue más allá al insinuar que, de ganar Trump la presidencia de EU, se cancelaría la inversión de esa compañía en México.
El pretexto que dio el excéntrico e impredecible magnate es que Donald Trump dijo que como presidente llenará de aranceles a los coches chinos hechos en México y que se exporten a Estados Unidos…
¿Qué tiene que ver eso con la producción estadounidense de autos Tesla en nuestro país?… ¿Significa que Trump establecería aranceles a todos los coches fabricados en territorio mexicano? O, en cambio, ¿que sencillamente a Musk le conviene dar esa razón porque en realidad NO QUIERE poner su fábrica aquí?
Encima, Elon Musk enfrentó el día de ayer el desplome de sus ganancias netas en un 45% (2º trimestre del año). Ello, entre otras causas, porque no se ha vendido todo lo que se ha producido. Razón para estar preocupado por los aranceles que tendrán que pagar sus automóviles fabricados en Shanghái, China (sí, Musk tiene una mega fábrica Tesla también ahí). La relación entre el gigante asiático y Estados Unidos no pasa por su mejor momento y no parece que mejorará si Trump gana las elecciones.
Mientras averiguamos si son pitos o flautas la motivación detrás de la decisión del dueño de Tesla, lo que sí con seguridad constatamos es algo que ya veníamos advirtiéndole a la ciudadanía mexicana: en este lado del río Bravo, López Obrador y Samuel García siempre se han comportado como un par de marrulleros; los típicos populistas que cacarean las cosas antes de tiempo. Se conoce de sobra: presumen obras inconclusas e incluso las que ni siquiera han iniciado. No han sabido crear —menos todavía heredar— ni una sola cosa de valía. Nada. Tampoco atraer inversión. No han podido ni han querido aprovechar el nearshoring, así digan lo contrario.
Pero no son los únicos grandísimos fantoches de la política. ¡Qué va! Hay otros dos iguales del lado norte de la frontera. Me refiero a Musk y a Trump, naturalmente. Los apoyos que otorgan se centran donde puedan crecer sus intereses personales.
Por ejemplo, trasladar las oficinas centrales de “X” a Texas obedece a una cuestión meramente ideológica: las políticas de Greg Abbott (texano, republicano) le agradan más que las de California… De hecho, una de las gigafábricas de Tesla en Estados Unidos (en esa nación tiene cuatro) está en Austin, Texas. No es inverosímil que en lugar de construir en México, termine agrandando su fábrica en Texas con el apoyo de Abbott.
Greg Abbott ejerce una de las políticas más extremas de toda la Unión Americana en contra de los migrantes ilegales. Forma parte del ala conservadora de los republicanos y además se ufana de que Texas es el estado que mayor número de trabajos ha generado en los últimos doce meses.
Desde este columna de opinión se les advirtió varias veces a los ciudadanos de Nuevo León y al pueblo de México que no lanzaran campanas al vuelo hasta que estuviera concluida la dichosa fábrica. Y es que al régimen y a sus aliados —porque Movimiento Ciudadano trabaja para Morena— celebran antes de producir. (Ahí tienen Dos Bocas. Se inauguró el 2 de julio del año pasado y sigue sin refinar).
La fábrica de Tesla está cancelada (temporal o definitivamente), un duro freno de mano para México en el momento en se requiere esa inversión para generar trabajo en el país. El freno de mano cimbró las propuestas de inversión.
Giros de la Perinola
– Elon Musk no compartió NADA en su cuenta de “X” sobre la mencionada cancelación de la inversión en Nuevo León. Para quien sostienen que, de ganar Trump, sus amenazas de imponer aranceles no pueden aplicarse si los autos fabricados en México cumplen las reglas de origen del T-MEC, ya que eso violaría el acuerdo comercial, vale la pena recordar una cosa: Trump es de los que opinan “no me vengan con el cuento de que la ley es la ley”.
Por lo cual, más allá de lo que diga el Tratado en sus ‘letras chiquitas’, se debería estar atento a que Trump no pueda tergiversar lo que implica ese instrumento en su totalidad.
– El empresario olvidó decir en su anuncio sobre México que él apoya a Trump y que se comprometió a donar más de 40 millones de dólares A LA SEMANA a la campaña de la amenaza naranja…
– Por cierto, más allá del pretexto dado por Musk, hay que preguntarse sobre qué estará viendo en las elecciones de Estados Unidos, en la economía de Estados Unidos y en la de México para detener ‘motores’ tan abruptamente.
– ¿De verdad Sheinbaum, Ebrard y Ramírez de la O tienen todo bajo control?