El sector salud ha sido el más desastroso de la gestión del presidente López Obrador, que en 2019 prometió que para 2020 tendríamos un sistema de salud público mejor que el de Dinamarca.
El 1 de enero de 2020 desapareció al Seguro Popular que, más bien que mal, daba atención a decenas de millones de mexicanos sin acceso a las instituciones de seguridad social; estrenó el Instituto de Salud para el Bienestar, Insabi, y anunció que el sistema danés lo tendríamos en 2021, en 2021 que en 2022, en 2022 que en 2023 y en 2023 que en abril de 2024, pero ahora sería el mejor del mundo.
Pasó abril y lo pasó a septiembre, el último mes de su gobierno, dentro de 31 días, y ni señales de que cumpla en ese plazo convirtiendo, así, promesa en engaño.
En 2023, ante el fracaso del Insabi, lo desapareció y cargó todo al IMSS-Bienestar.
En ese lapso México fue el peor tercer país del mundo en el manejo de la pandemia de covid, con un saldo que el gobierno siempre ocultó de más de 800 mil muertos, de los cuales 320 mil fallecieron por la incapacidad de los servicios públicos.
En este caso la responsabilidad es de quien colocó como zar anticovid a Hugo López-Gatell, quien llegó a declarar que de morir 60 mil personas sería un escenario catastrófico. Fueron más de 12 escenarios catastróficos, 800 mil personas, y nada.
Refiero esto porque en la mañanera del martes 16, sin rubor alguno, siendo ese sector zona de desastre para la 4T, recomendó públicamente a tres funcionarios de Salud para que sigan en el gobierno de Claudia Sheinbaum, lo que, además de ser una falta de respeto, es un motivo de conflicto: si los ratifica, se los impuso; de lo contrario, lo mandó a volar, para no referirme al carajiento destino al que suele enviar a sus opositores y críticos.
Pero él así se maneja.
RETALES
1. PREMIO. Jorge Alcocer anunció en agosto de 2023 que el director general del IMSS-Bienestar sería Alejandro Calderón Alipi, quien fue responsable de las compras consolidadas de medicamentos y equipos ¡en el Insabi! Sí, en el fracasado Insabi. ¡Qué salto!;
2. SOBRERREPRESENTACIÓN. Lo que quiere el régimen es que el 54 por ciento de votos que obtuvo en el Congreso se conviertan en el 75 por ciento de los diputados, 375, más de la mayoría calificada y un 20 por ciento de sobrerrepresentación que la ley topa en 8 por ciento. Y que el 45 por ciento de los votos de la oposición se reduzca al 25 por ciento, 125 legisladores. Y ya lo dan por descontado; y
3. REBAJAS. No son las de verano, no. Son las del INE, que anunció multas históricas a los partidos por trampas en las campañas por más de mil 400 millones de pesos, Morena el más multado con 900 millones y por la noche les rebajaron casi 500 millones de pesos. Lo que es manejar dinero ajeno, el del INE y el de los partidos.