Victoria Garza Garza tiene 21 años, estudia en la Universidad de Autónoma de Nuevo León (UANL) y es una de las mejores clavadistas de México, pero desde 2021 inició el proceso para naturalizarse como ciudadana de República Dominicana, país que le ofreció el apoyo necesario para participar en justas internacionales como los Juegos Olímpicos. Ella, junto a Jonathan Ruvalcaba, de 33 años, son los mexicanos que debido a la falta de oportunidades y problemas con las instituciones del deporte en México, representarán al país caribeño durante los juegos de París 2024.
Un deporte con historias paralelas
Victoria Garza ganó la medalla de plata general en 400 metros, lo que aseguró su participación en los Juegos Panamericanos Junior en Cali, Colombia, en 2021, pero la ahora extinta Federación Mexicana de Natación (FMN) le negó los recursos para ir, dado que solo se le costeaba el viaje al primer lugar. El dinero no fue suficiente para continuar su preparación profesional, en la que las competencias internacionales son clave para mejorar su rendimiento, por lo que decidió aceptar la propuesta de República Dominicana, que no contaba con mujeres clavadistas y buscaban talento fuera de la isla.
Jonathan Ruvalcaba estuvo apunto de retirarse cuando su nombre no figuró entre los seleccionados para representar a México en los Juegos Olímpicos de Río 2016, por lo que inició el proceso para naturalizarse dominicano, país al que ya representó en Tokio 2020. Ruvalcaba confía en el talento que hay en México, pero su problema con la Federación Mexicana de Natación lo hizo vivir el bloqueo para no competir en el ámbito internacional y lo orilló a naturalizarse dominicano. París 2024 será la segunda ocasión en la que el clavadista compita bajo esa bandera.
Otra mexicana que llega a París con una nacionalidad distinta es Gabriela Schloesser-Bayardo, de 30 años, quien representó a México en el equipo de tiro con arco en Río 2016. Sin problemas como los otros deportistas, Bayardo se nacionalizó neerlandesa después de casarse con su esposo, Mike Schloesser, y en Tokio 2020 ganó la medalla de plata para Países Bajos y compartió podio con los mexicanos Luis Álvarez y Alejandra Valencia, quienes obtuvieron el bronce.
La crisis del deporte en México
Las quejas en México por la falta de apoyo a deportistas no son nuevas, pero en años recientes la crisis se intensificó, pues la Comisión Nacional del Deporte (Conade), presidida por Ana Gabriela Guevara, está envuelta en polémicas por la falta de apoyo a distintas disciplinas, sobre todo por la cancelación de becas y recursos.
Un ejemplo es el equipo de natación artística mexicano, que regresa a los Juegos Olímpicos después de una ausencia de 28 años, desde Atlanta 1996. Este año ganó el oro en el campeonato mundial en Egipto, pero para llegar tan lejos tuvo que vender toallas y buscar apoyo de empresas como Telmex, que lo ayudó a llegar hasta la competencia donde ganó. Otra victoria igual de importante es la demanda que ganó ante la Conade. La Comisión tuvo que pagar parte del dinero que le debía a los miembros del equipo, sin embargo otros nadadores siguen sin un peso, incluso después de ganar sus demandas contra la institución.
Uno de los casos más sonados en contra de la Conade y el Comité Olímpico Mexicano (COM) es el de la esgrimista Paola Pliego, que ahora compite por Uzbekistán. Ella iba a participar en los juegos de Río en 2016, pero de acuerdo a un análisis de la Conade, Pliego dio positivo a modafinilo, una sustancia que se usa para tratar la somnolencia excesiva y que está prohibida en el deporte. La esgrimista negó las acusaciones, diciendo que debido al asma que padece, esa sustancia le habría provocado una crisis o incluso la muerte.
Después de un análisis de la Federación Internacional de Esgrima en Alemania, el resultado dio negativo pero Pliego ya había perdido la oportunidad de competir con México en Río, por lo que en 2018 demandó a la Conade, al Comité Olímpico Mexicano y a Federación Mexicana de Esgrima (FME) por negligencia y daño moral. En 2019, anunció que ya no representaría a México, sino a Uzbekistán, y después de años de batallas legales, en 2024 la Conade aceptó pagar 15 millones de pesos a la deportista por daño moral.
Una historia conocida
La fuga de talento en el deporte no es nueva. El primer atleta olímpico mexicano en cambiar su nacionalidad también lo hizo por falta de apoyo de la Federación Mexicana de Natación. Armando Fernández representó a México en la disciplina de waterpolo en Múnich 1972 y Montreal 1976, pero para los juegos de Los Ángeles 1984 lo hizo con la delegación de Alemania Occidental, con la que ganó la medalla de bronce. Con ese equipo Fernández también ganó un campeonato mundial de waterpolo y el cuarto lugar en Seúl 1988.
En años más recientes, el clavadista Kevin Chávez ganó la medalla de bronce para México en el Campeonato Mundial de Natación de 2013, pero cuando sufrió una lesión en el ligamento de la rodilla izquierda en 2015, hizo su recuperación y rehabilitación en Australia, y después obtuvo su nacionalidad y compitió para ese país, destacando desde Río 2016, hasta su retiro en noviembre de 2020.