AMLO ha traído de vuelta el viejo estilo autoritario del PRI. Primero los gobernadores lo replicaron y ahora los dirigentes de partidos.
Este retroceso es una «Lopezobradorización» de la política.
El claro ejemplo de esta tendencia es la 24ª Asamblea Nacional del PRI.
Ha dejado claro que el futuro del partido está en manos de un solo hombre: Alejandro «Alito» Moreno. Con la reforma al artículo 178 de los Estatutos, aprobada a puerta cerrada y con oposición de simpatizantes, Moreno puede reinar hasta 2032.
La reforma permite que Moreno se reelija hasta por tres periodos consecutivos de cuatro años. Incluye un artículo transitorio que le facilita la reelección desde ya. Esto extiende su liderazgo por casi una década más. Carolina Viggiano, la actual secretaria general, también se beneficia de esta reforma. Podría quedarse en su puesto por el mismo tiempo.
Mientras tanto, fuera del Pepsi Center, donde se realizaba la Asamblea Nacional, los simpatizantes del PRI mostraron su descontento. Intentaron entrar al recinto, cerrando con broche de oro el evento con una puerta de cristal rota.
Estas reformas dentro del PRI fortalecen la verticalidad del partido. Concentraron el poder en la dirigencia central, alejando aún más a las bases.
Los expertos ya alzan la voz. Señalan que este movimiento es un claro ejemplo de autoritarismo. Dicen que, en lugar de democratizar y abrir el partido a nuevas ideas y liderazgos, el PRI opta por aferrarse a un caudillo. De repente, Alito suena muy parecido a «AMLITO».
Quizá la actual dirigencia del PRI sabe que su marca ya no gana elecciones y ahora jugarán a hacer acuerdos con el que se deje.
La RAE describe un partido bisagra como «Partido político que participa alternativamente en pactos o coaliciones con fuerzas políticas de signo opuesto».
Ese lugar que dejó vacío el Partido Verde, ahora el PRI lo ocupará: Ser un partido testimonial, de minorías, pero siempre con acceso al jugoso presupuesto anual y con las suficientes pluris para hacer acuerdos.
La Lopezobradorización se convierte en el nuevo estilo de hacer política.
AMLO ha sido crítico a los medios y periodistas independientes, calificándolos de defensores de intereses. La reforma judicial es otro ataque a los contrapesos.
Atacar a los contrapesos es básico si lo que quieres es instaurarte en el poder.
Con esta nueva realidad autoritaria, la prensa libre es de los pocos reductos que quedarán de democracia, donde es recurrente la famosa frase de Voltaire:
«No estoy de acuerdo con lo que dice, pero defenderé con mi vida su derecho a decirlo».