Intensa fue la reacción del presidente Andrés Manuel López Obrador contra los magistrados del Tribunal Electoral por la res olución de la Segunda Sala en el sentido de que con sus conferencias mañaneras cometió durante la campaña coacción del voto y uso indebido de programas sociales. Nos comentan que en Palacio Nacional no preocupa que eso pueda afectar la calificación de la elección presidencial ni mucho menos. La molestia, nos explican, es que sí quedaría para la historia el registro legal de que este gobierno hizo lo que siempre decía combatir: manipular el voto ciudadano. Así como Vicente Fox quedó registrado en 2006 por haber afectado la equidad de la contienda por un par de declaraciones, el mandatario tabasqueño ahora lo acompañaría en ese cuadro de dudoso honor. Por eso, nos detallan, Morena alista desde ya una impugnación del fallo.
La misma noche del 2 de junio, exconsejeros electorales e intelectuales alertaron sobre la sobrerrepresentación de la alianza oficialista en el Congreso que ya perfilaba la Secretaría de Gobernación, anticipándose a la decisión del INE. La oposición debía ser la más interesada en dar la batalla legal y política contra el esquema que daría a la coalición Morena-PVEM-PT casi 75% de los asientos en la Cámara de Diputados cuando su votación fue de 54% y a la oposición 25% de lugares cuando su votación fue de 42%. Pero salvo algunas declaraciones, panistas y priistas soltaron el tema y se metieron a la disputa por el control de lo que quedó de sus partidos. Ahora son magistrados y jueces, amenazados por la inminente reforma judicial, quienes toman la estafeta y anuncian una estrategia para tratar de impedir la supermayoría oficialista. Y luego se preguntan por qué la oposición partidista ni pinta.
Quien recibió del presidente López Obrador en la mañanera un enfático reconocimiento por su desempeño fue el director del Infonavit, Carlos Martínez. Nos hacen ver que la felicitación presidencial tuvo un “timing” que no puede ser casual, justo cuando se maneja la posibilidad de que don Carlos sea ratificado en el cargo por la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, para impulsar la reforma de vivienda en lo que presentan como el segundo piso de la cuarta transformación. Por lo pronto, nos cuentan que quien estaría muy cómoda haciendo mancuerna con Martínez es Edna Elena Vega, próxima titular de la Sedatu.
Nos cuentan que en la próxima legislatura podría rondar el fantasma fosforena por el Congreso, porque el grupo parlamentario de Movimiento Ciudadano ve con buenos ojos algunas de las propuestas de la futura administración federal. Nos detallan que el partido naranja estará a favor del sistema de cuidados, el apoyo para mujeres desde los 60 años y la seguridad social universal. Lo que preocupa a algunos dentro de MC es que ya hay quienes parecen decididos a que, si de todos modos los van a tachar de entregados al gobierno por esas coincidencias, podrían de una vez ofrecer sus votos para temas como la reforma judicial a toda prisa, sin leyes secundarias y sin un plan aterrizado para evitar la parálisis del sistema de impartición de justicia. Veremos cuál visión se impone.