La reunión de ayer martes de Claudia Sheinbaum con el canciller cubano Bruno Rodríguez ocurrió según lo previsto: Cuba espera más respaldo de México en cuestiones cruciales como el suministro de combustible, de ahí que Octavio Romero estuvo en la reunión en la casa de transición.
El año pasado México envió a la isla buques petroleros por el valor de 300 millones de dólares. También ha enviado alimentos y otros insumos. Una cooperación muy compleja porque es seguida de cerca por Estados Unidos, específicamente por el Partido Republicano cuyo candidato, Donald Trump, tiene altas chances de regresar a la Casa Blanca.
Actualmente hay congresistas y senadores que atacan fuertemente esos esquemas de cooperación. Uno de lo más duros es el senador Marco Rubio, quien tendría chances de ser vicepresidente de Trump.
Ayer martes la Cámara de Representantes emitió un anexo a sus discusiones presupuestales donde fue muy duro contra México por temas de acuerdos referidos a la guerra contra el fentanilo. Declaratoria también impulsada por los republicanos que controlan dicha Cámara.
Desde el entorno del futuro canciller Juan Ramón De la Fuente aseguran a LPO que la cooperación con Cuba seguirá en las cuestiones humanitarias pero que los acuerdos que involucran a Pemex pasaran a análisis, especialmente, por que exponen a la petrolera a sanciones comerciales.
Ese sumnisitro es en parte un enigma: Andrés Manuel López Obrador nunca ha aclarado si estos barriles han sido donaciones, vendidos con un crédito a largo plazo o figuran como parte de algún convenio bilateral, como la contratación de médicos cubanos.
Sheinbaum todavía no define al futuro director de Pemex y a medida que pasan los días crece la presión del secretario de Hacienda Rogelio Ramírez De la O para designar a una figura de su cercanía en la Torre de Anzures.
Recientemente el gobierno de Estados Unidos retiró a Cuba de la lista negra de países que apoyan el terrorismo, un gesto de los demócratas para con La Habana.