La presentación de la primera parte de quienes integrarían el gabinete de Claudia Sheinbaum rompió los pronósticos. Me refiero a que todos estos coincidían en que Rosaura Ruiz encabezaría la cartera de Educación y no fue así. La bióloga llevará la próxima secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación.
También, para variar, esto rompió la ley. El anunció de nombramiento siguió una lógica muy 4t, así como un procedimiento típico del obradorismo: el violentar el camino legal. Quiero hacerles ver a mis apreciables lectores que primero se tenía que haber reformado la Ley de la Administración Pública Federal para crear la nueva secretaría (Morena tiene mayoría suficiente para ello) y después anunciar a los cuatro vientos quién sería su titular. Sin embargo ya sabemos que a este Movimiento no se le da aquello de cumplir con las normas, menos aún con las formas o los tiempos. En fin…
Quiniela SEP
Bueno, dado que Ruiz Gutiérrez no va a Educación Pública, las quinielas se reinician, cobran nueva fuerza y se doblan las apuestas.
Habrá quien diga, comparado a otras secretarías, ¿acaso esta importa mucho? A mí me parece que sí dado que estoy convencida de que la falta de educación, aprendizajes, competencias, capacitaciones e incapacidad de razonar es lo que nos tiene donde estamos —bastante jodidos— como país. Por supuesto, si uno le pregunta a López Obrador, ya sabemos su respuesta: entre más educados, más despreciable es la gente… Supongo no habla por quien va a sucederlo, ¿o sí?
Y hablando de géneros… Claudia Sheinbaum dijo que tendría un gabinete paritario por lo cual muchos suponen que una mujer sería lo ideal para conducir dicha dependencia, pero dado que será mujer la cabeza de la cartera de ciencia y tecnología, ¿debemos pensar ahora en un caballero para la SEP?
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Claudia seguramente tendrá en Juan Ramón de la Fuente a alguien que le puede recomendar —o ya le recomendó— al perfil que este considera adecuado para titular la educación de los mexicanos. Después de todo, el doctor De la Fuente conoce bastante bien ese ámbito…
Lo que quiero decir es que no me sorprendería que él tenga una importante influencia en decidir o recomendar al próximo titular de la Secretaría de Educación Pública.
Pensemos en nombres
Antes de mencionar a nadie, quiero aclarar que en este espacio no estoy discutiendo si estos serían buenos, malos o peores opciones para la SEP, o para la mismísima educación de este país. Es más, ni siquiera sé si lo que convenga es un talante político para lidiar con los sindicatos y el magisterio o un perfil más bien académico. Únicamente menciono algunas personas que creo posiblemente fueron considerados por la virtual presidenta electa:
Entre los conocidos o que alguna vez fueron allegados a De la Fuente y que han formado parte de la crema y nata del ámbito universitario en el país anoten a Enrique del Val y al ex rector Tonatiuh Padilla.
Si tuviésemos que pensar en mujeres, habría que considerar a Silvia Giorguli Saucedo, actual presidenta del COLMEX y cercana a la izquierda del país. O en Sylvia Ortega Salazar quien cuenta con un amplio CV en temas académicos y de educación. También en Ana María Ibarrola Nicolín —otra del COLMEX—, quien ha estudiado la educación y su transformación en nuestro país durante muchos años.
Pero dado que hablamos de perfiles que conocen mucho de educación, en su versión varón (que conste, no barón, futura senadora Andrea Chávez), está Manuel Gil Antón.
Si Claudia no quisiera levantar tantas ámpulas en la SEP —sobre todo ahora que va a separar lo que tiene que ver con ciencia, tecnología, investigación, etcétera del resto de la dependencia— podría considerar estratégico que Leticia Ramírez repita; total, ella solo sabe que no sabe nada… ¿o cómo era?
Si se tratase de poner a un “intelectual” adicto a la 4t, hay dos opciones. El primero, Paco Ignacio Taibo II, de quien los jóvenes aprenderían un florido vocabulario. El segundo, uno que casi casi se desnuca por la 4t a cada oportunidad: Lorenzo Meyer (papá del actual secretario de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano Franco Meyer), si bien este nunca ha tenido que ver nada con la educación…
Por último, si Claudia NO quiere cambiar el status quo de la SEP, pero a la vez desea capturar el auge de Morena en el Edomex y asegurar el control absoluto sobre el magisterio/SNTE, podría volver a invitar a Delfina Gómez a cobrar en la SEP (que pida licencia como gobernadora).
Insisto, en ningún momento analizo si serían buenos/malos perfiles para la educación o para México.
Lo que sí creo es que quien sea que quede, deber ser capaz de ponerse al “tú por tú” con el magisterio, los sindicatos y todas las mafias y estructuras del ámbito educativo y docente.
Y para la SEP ¿qué viene?
Ayer no faltó el que se emocionó mucho con el anuncio de que de contará con la Secretaría de la Ciencia… (por cierto, invento neoliberal y con el que ya se cuenta desde hace mucho tiempo en los países neoliberales y occidentalizados). Y si bien es una decisión en el sentido correcto, por sí mismo crear y contar con dicha dependencia no cambia nada. Tener una estructura que se llame ciencia, innovación, tecnología, no hace que México se destaque o desarrolle o mejore en ninguno de esos ámbitos por arte de magia.
Pues bien, igual, tener el mejor o un perfecto perfil conduciendo a la SEP no garantiza mejores estudios, conocimientos, programas, competencias, docencia para el alumnado.
De hecho lo que sí les garantizo es que eso no va a mejorar nada sustantivo hasta que no se separe (1) la educación —enseñanzas y aprendizajes— y planes de estudio —visión de lo que se quiere de la educación— de (2) lo que se conoce como la administración de la educación (magisterio, sindicatos, consideraciones laborales para los distintos actores ligados al gremio educativo en el sentido más amplio).
Un trompo a la uña
Pero como Sheinbaum —a pesar de su bono democrático— no se va a meter a hacer esa separación, al menos no en estos momentos, me temo que un buen perfil dirigiendo a la Secretaría de Educación no va a hacer mucha diferencia para México. Buenos augurios, sí; expectativas más promisorias, también. Pero en automático, en el corto plazo, nada.
Aun así, los pronósticos van y debieran ser de interés. ¿Ahora quién en educación?