Uno de cada tres sonorenses padece “estrés financiero”, una condición que se traduce en preocupación y ansiedad ante dificultades económicas, según explicó el economista y analista de mercados Alejandro Romero. Este problema provoca afectaciones fisiológicas, psicológicas y sociales, debido a la constante preocupación por pagos pendientes sin contar con los recursos necesarios.
“Afecta por presiones fisiológicas, psicológicas y en las relaciones interpersonales, porque andamos nerviosos, inquietos y desesperados ante las urgencias financieras que se enfrentan”, expuso Romero.
La estadística oficial del INEGI muestra que este problema es especialmente grave en Sonora, resultando en estrés, ansiedad, dolores de cabeza, colitis y falta de sueño. Romero agregó que las tensiones financieras pueden llevar a discusiones de pareja cuando el dinero no alcanza para lo básico, convirtiendo el asunto en un conflicto permanente en lugar de buscar soluciones conjuntas.
Las complicaciones no solo afectan a las parejas, sino que también se extienden a la familia inmediata y, en ocasiones, al círculo cercano de amigos. “El indicador de bienestar financiero básicamente el INEGI lo define como gente que no tiene este problema”, refirió el economista.
Sin embargo, muchas personas enfrentan dificultades para cubrir gastos cotidianos, lidiar con una caída en ingresos o un aumento en gastos, y no pueden concretar metas para su bienestar, como ahorrar para comprar un carro, ampliar su casa o tomar un viaje para desestresarse.
“Una acción recurrente es que la gente busca créditos para salir de pendientes urgentes y posteriormente el compromiso de pago de esos recursos se vuelve una bola de nieve”, señaló Romero. “Cada persona tiene una situación distinta, pero en general esto nos puede llevar a una situación de estrés financiero”.
Romero recordó que en los años recientes, Sonora ha experimentado una situación económica complicada con una alta inflación. “Por ejemplo, en este año ha aumentado la gasolina en Sonora un 9 por ciento, más del doble de la inflación”, explicó. Situaciones externas como la pérdida de empleo, una crisis económica o un aumento de la inflación pueden generar estos problemas de estrés financiero.
Además, Romero destacó que una mala administración financiera también puede ser un factor determinante. Gastar más de lo que se gana y endeudarse constantemente por encima de la capacidad de pago puede atrapar a las personas en un laberinto financiero.
Para mitigar estos problemas, recomendó hacer un balance de los ingresos y definir qué pagos y gastos son fijos, evaluar los imprevistos y recortar gastos no indispensables. Otro aspecto fundamental es adquirir la disciplina del ahorro, independientemente de si los ingresos son bajos o elevados.
Con información de:
Diario del Yaqui