Esta redacción anticipó que Ramírez de la O pidió nombrar a alguien de su confianza al frente de la Dirección de Finanza de la empresa, pero también exigió tener opinión en la designación del director general de la compañía, porque “de nada sirve que trabajemos en los aspectos de deuda y la operación siga siendo irresponsable y deficitaria”.
La primera opción fue Raquel Buenrostro, pero Ramírez de la O tiene un pésimo historial con la “Dama de Hierro” versión obradorista. El titular de Hacienda le dijo a Claudia Sheinbaum que sería imposible trabajar en forma coordinada con Buenrostro porque no podían ni dialogar. Sheinbaum les pidió limar asperezas, pero finalmente -necesitada de mujeres para su Gabinete paritario- optó por correr a Buenrostro hacia Función Pública.
Luego vino el ofrecimiento de la dirección general de Pemex a Lázaro Cárdenas, que como reveló LPO fue rechazado sin demasiados argumentos. Es el segundo sexenio consecutivo que la empresa petrolera es ofrecida a un Cárdenas y no prospera. Después de este desaire, ¿le concederán entonces a Lázaro la embajada en Washington? Es una pregunta que aún no tiene respuesta.
Pero este fin de semana surgió un nuevo candidato para la dirección de Pemex. Sheinbaum evalúa por estas horas a Bertha Alcalde Luján, la actual titular del ISSSTE. Pero, ¿cuáles son los argumentos para postular a una joven que apenas transita sus primeros pasos en funciones de alto impacto?
En primer lugar, Bertha Alcalde Luján forma parte de una familia muy obradorista. Hermana de Luisa María e hija Bertha Luján, todas figuras históricas del movimiento obradorista. Pero acaso el rol de su padre, Arturo Alcalde, sea el más relevante.
Alcalde es un histórico abogado laboralista, muy vinculado a todos los asuntos de los principales sindicatos del país. Sin ir más lejos, fue clave en el proceso de renovación de autoridades en el Sindicato de Trabajadores Petroleros, que arrojó a Ricardo Aldana como nuevo líder.
Se sabe que los próximos años serán clave para Pemex. Desde hace meses, LPO anticipó que en el entorno de Sheinbaum empujan la idea de una conducción más pragmática en Pemex: eficientar la operación del sistema de refinación, trabajar la deuda sideral y también revisar sus políticas salariales.
Incluso Ramírez de la O tiene muy claro que si Pemex no entra en una fase de normalización México se arriesga seriamente a perder el grado de inversión en los primeros meses de su eventual administración. De ahí que en el sindicato que comanda Aldana estén atentos a posibles renegociaciones en el contrato colectivo de trabajo, siempre bajo la idea de ajustar gastos.
Arturo Alcalde no tiene una amistad declarada con Aldana, pero sí colaboró -y defendió- el proceso a través del cual fue electo. Contar con un negociador especializado en temas laborales podría ser un activo importante para esta fase de austeridad que le espera a Pemex. ¿Transitará la propuesta de Bertha Alcalde? En los próximos días habrá certezas.